Pedro Sánchez junto con varias decenas de mandatarios internacionales se ha desplazado a Egipto para participar en la COP27 y a las pocas horas de su llegada ya ha hecho su primer anuncio: una denominada Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía. Según ha anunciado el propio Pedro Sánchez en un acto junto al presidente senegalés, Macky Sall, nuestro país pondrá cinco millones para el desarrollo de la iniciativa, que tendrá el genérico objetivo de impulsar un cambio en la forma en que el mundo afronta los riesgos de la sequía.
En su discurso, Sánchez ha dicho que persiguen que se pase de una respuesta de emergencia a la creación de «resiliencia» a largo plazo en los países que más la sufren. Según el presidente, es necesaria una «resiliencia frente a las sequías severas y prolongadas». En su opinión, se están viviendo «episodios de sequía sin precedentes» y tampoco hay precedentes «de la gravedad de sus impactos». En línea con los titulares alarmistas que ya está dejando la cumbre del clima, «ningún país es inmune a estos fenómenos y los efectos se están agudizando». Europa, ha añadido, «ha sufrido la sequía más severa de los últimos 500 años».
Tras avisar de peligros como «la exacerbación de los conflictos larvados por el estrés hídrico», ha dicho que «hay que cambiar paradigmas en la respuesta a las emergencias». Es la hora, en su opinión, «de la prevención y de la adaptación» y hace falta una «mirada multilateral».
Con la recién creada alianza, Sánchez quiere «dar impulso político a ayudar a todos los países» a que «estén suficientemente preparados ante las próximas sequías» y que «se puedan recuperar y prosperar después de ellas». Con este ambicioso fin, España aportará cinco millones de euros, un «capital semilla» con el que contribuirán a este pacto «en su primer año de vida». «La cooperación española va a priorizar la acción climática», ha añadido.
Según Moncloa, a esta alianza para la resiliencia se han sumado Argentina, Bélgica, Chile, Costa Rica, Costa de Marfil, República Dominica, Egipto, Francia, Alemania, Ghana, Honduras, Kenia, Mauritania, México, Mongolia, Marruecos, Namibia, Panamá, Portugal, Senegal, Eslovaquia, Eslovenia, Somalia, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Uzbekistán.
También se habrían sumado una treintena de organizaciones: ocho organismos de Naciones Unidas, además de bancos de desarrollo, vehículos de inversión y ONG, entre otras.