El otoño es el momento de poner a punto y limpiar los radiadores antes de que haya que ponerlos a funcionar a todo trapo por la llegada de frío. Este año cobra especial importancia por el contexto de crisis energética que vive Europa. Precisamente, son en esas ocasiones cuando debe funcionar a la perfección nuestro sistema de calefacción y cuando, habitualmente, suele fallar y tener algún problema de funcionamiento. El objetivo es que este año no pase.
En la mayoría de hogares de España, contamos con una serie de radiadores que van conectados a una caldera que proporciona calor a los hogares. Normalmente, estas casas cuentan con calefacción de combustibles fósiles, como puede ser el Diésel, y sirven de fuente principal para mantener una temperatura agradable dentro de la casa. El objetivo principal para que la factura no sea excesivamente alta, es tratar de tenerlo puesto la menor cantidad de tiempo posible y que la casa se mantenga caliente.
Normalmente, los circuitos de estos calentadores, mueven en su interior agua caliente. Sin embargo, en muchas ocasiones suele colarse alguna burbuja de aire que interfiere la buena circulación del líquido por toda la casa. Para evitar y preservar el buen funcionamiento del sistema de calor de la casa, resulta fundamental hacer un buen cuidado de la caldera y de los radiadores.
Para realizar esta limpieza solo hacen falta unos productos que seguro que tienes en casa: una esponja, una bayeta y un trozo de cuerda.
Atando la esponja con un nudo en el centro de la misma y mojándola con un poco de jabón, procederemos a introducirla en las ranuras desde la parte superior. Tras repetir el proceso un par de veces para llegar a todos los huecos ranura a ranura, tendrás que frotar la superficie con una bayeta limpia para retirar el jabón sobrante y repasar todo el exterior. Así ya tendrás tu radiador limpio.
Después de hacer esto, puedes proceder a purgar el radiador. En primer lugar, la presión de la caldera debe mantenerse en su cifra óptima. No es muy frecuente que esta varíe. Sin embargo, si se da la circunstancia de que falla, en el termostato del calentador aparece un termómetro de presión muy intuitivo que podremos manejar.
Para hacer el proceso de purga del radiador hará falta un destornillador plano y un recipiente como una taza. Los radiadores cuentan con una llave en uno de sus lados con un pequeño grifo. Para depurarlo, introduciremos la herramienta y giraremos que salga líquido. Lo habitual es que al tratarse de agua que permanece estancada, su olor no sea bueno. No debemos preocuparnos.
Por último, durante el transcurso del invierno, conviene realizar alguna revisión de este tipo con frecuencia, ya que puede llegar a ocurrir que nuevamente aparezca alguna burbuja de aire.