Xavi Hernández cumplió 50 partidos en el banquillo del Barcelona en la derrota del pasado domingo ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu (3-1), un tropiezo que le convierte en el entrenador azulgrana con peor registro de los últimos ocho técnicos que han alcanzado el medio centenar de encuentros en el equipo catalán.
Con la de ayer, Xavi suma 11 derrotas, 11 empates y 28 victorias desde que asumió la responsabilidad en noviembre de 2021. Así, ha conseguido 95 puntos de 150 posibles (63,3 por ciento), una cifra que le deja por detrás de las que lograron Frank Rijkaard (64 por ciento), Ronald Koeman (70,7 por ciento), Tito Vilanova (77,3 por ciento), Ernesto Valverde (79,3 por ciento), Tata Martino (79,3 por ciento), Pep Guardiola (79,3 por ciento) y Luis Enrique (86 por ciento), quien tiene el mejor registro con 129 puntos.
En su favor, el preparador egarense fue el único de los ocho que empezó a dirigir al conjunto blaugrana en mitad de una temporada, con una plantilla en declive y en cuya construcción no participó. El de Tarrasa completó el curso 21/22 con 20 triunfos, nueve empates y ocho derrotas, con lo que sumó 69 de 108 unidadaes posibles (63,9 por ciento).
En este inicio de temporada, que empezó de forma ilusionante para los intereses culés después de que el presidente Joan Laporta le pudiese traer prácticamente a todos los jugadores solicitados gracias a la activación de las denominadas ‘palancas’ económicas, acumula ocho victorias, dos tablas (Rayo Vallecano e Inter de Milán) y tres derrotas (Bayern de Múnich, Inter de Milán y Real Madrid).
Esto supone que Xavi ha sumado 26 puntos de 39 posibles, el 66,7 por ciento, un porcentaje ligeramente superior al que completó el curso pasado. El problema es que las tres caídas han sucedido en los duelos más importantes que ha disputado, lo que le han comportado quedar prácticamente eliminado de la Liga de Campeones en la fase de grupos y perder el liderato en LaLiga.
Además, este bajón en los resultados ha venido acompañado de un claro empeoramiento del juego del equipo, que se está mostrando sin las ideas en ataque y que ha cometido fallos defensivos graves en cada cita que ha terminado con un resultado indeseado.
Si en el empate ante el Inter de Milán en Champions (3-3) el más señalado fue Gerard Piqué, en el Santiago Bernabéu fue el turno para Sergio Busquets.
En el primer gol, el de Karim Benzema, el internacional español no fue capaz de parar a Toni Kroos ni en forma de falta en el inicio de la jugada y, en el segundo, de Fede Valverde, fue uno de los futbolistas que se olvidaron de achicar espacios en la frontal del área para que el uruguayo no tuviese todo el tiempo y el espacio del mundo para ejecutar su disparo cómodamente.