José Luis Rodríguez Zapatero, ha vuelto a Venezuela para reunirse con Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores

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El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha vuelto a Venezuela para reunirse con Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores. En la reunión también estuvieron presentes la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y la primera dama, Cilia Flores.

El canal oficial Venezolana de Televisión (VTV) informó de la reunión sin dar más datos sobre el contenido del encuentro. No obstante, señaló que Zapatero había acudido a Venezuela para cumplir con «distintos compromisos y con una agenda de trabajo ardua» y lo elogió por su «papel preponderante» en el «proceso de mediación del diálogo en el país» entre el Gobierno y la oposición, que sin embargo en estos años se ha mostrado extremadamente crítica con el papel del expresidente español. Desde la televisión oficial de Maduro, se señaló que «ha sido el propio Zapatero el que ha reiterado que la única vía para solventar cualquier diferencia debe hacerse por la vía del diálogo constructivo«.

Antes del encuentro, Zapatero participó en la inauguración de un ciclo de foros en Caracas, dirigido por el opositor Antonio Ecarri, en el que se refirió al colombiano Ejército de Liberación Nacional señalando que lograr que «renuncie» a la violencia es un «gran objetivo» que beneficiará a ciudadanos tanto de Colombia como de Venezuela, especialmente en la frontera en común.

En su discurso, el expresidente puso como ejemplo a España lanzando una sorprendente afirmación: tras señalar la importancia de ver convertidas a Venezuela y Colombia en regiones «libres de violencia política», señaló que nuestro país, «que es una democracia», tuvo «dos siglos de violencia política ininterrumpida», en alusión a los siglos XIX y XX y obviando periodos como la Restauración. Entre esos ejemplos de «violencia política» citó la Guerra civil, «dictaduras», «golpes de Estado», «insurrecciones» y «el terrorismo de ETA».

«Venezuela puede ser y debe ser un país muy importante para que el ELN renuncie definitivamente a la violencia y proclamemos este continente libre de violencia política. Hay pocas regiones que lleven mucho tiempo libre de violencia política. Mi país, España, que es una democracia, tuvo dos siglos de violencia política ininterrumpida: golpes de estado, insurrecciones, una guerra civil dramática, una dictadura y el terrorismo de ETA que duró hasta hace once años.»

Así se expresaba en presencia de dictadores en un país, Venezuela, del que huyen millones de personas que buscan dejar atrás el hambre y la violencia. Y habla de un continente donde la violencia la ejercen los líderes totalitarios que someten con mano de hierro a su pueblo. Países como Cuba, Nicaragua, y ahora Colombia, Perú o Venezuela ejercen la violencia contra su pueblo de la peor manera posible: represión al disidente y empobrecimiento generalizado de la población.