Florencia recupera sus “ventanas del vino”, usadas hace más de 400 años durante la peste negra

Ventanas vino Florencia
Ventanas vino Florencia
Ventanas vino Florencia 02

Durante las primeras semanas tras el confinamiento, algunos bares y restaurantes habilitaron pequeñas ventanas en las que poder recoger la comida minimizando el contacto. Una buena idea que, por supuesto, ya estaba inventada.

Y hace muchos siglos además, porque ya en el siglo XVII  se popularizaron en Florencia las llamadas buchette del vino (ventanas del vino) que, como su propio nombre indica, servían precisamente para eso: despachar vino a los clientes sin tener que estar cerca de ellos.

Un invento que se extendió por toda la Toscana en aquellos años de peste negra y peste bubónica, especialmente intensa en Italia en 1630. Posiblemente no lo llamarían así, pero lo que ahora conocemos como distancia social se volvió un requisito imprescindible para mantenerse a salvo.

Así que algunos se las ingeniaron para poder seguir comprando y bebiendo vino sin riesgo de contagio a través de estas pequeñas aperturas. Tenían el tamaño justo para una botella o garrafa de vino y contaban con una puerta de madera para poder dejarlas cerradas.

Durante siglos quedaron olvidadas hasta que, durante el confinamiento por el coronavirus, alguien se acordó de ellas y pensó que sería una buena idea recuperar su uso original.

Han pasado más de 400 años y ahora toca la Covid-19 en lugar de la peste. Y en vez de vino a granel se utilizan para servir copas de vino o un Spritz a la hora del aperitivo. Pero se mantiene el espíritu original tan italiano: que una maldita pandemia no nos deje sin algo rico para beber. La Dolce Vita en tiempos de pandemia.

Incluso hay una asociación cultural que desde hace años vela por este legado histórico que ahora vuelve a estar de actualidad. Además de llevar un registro de las ventanas del vino localizadas y celebrar cada reapertura de una de ellas para su uso, se han propuesto identificarlas con una placa para recordar a locales y visitantes su importancia.

Según sus cifras, solo en Florencia existían más de 150 de estas ventanas en la ciudad antigua, dentro de las murallas, aunque algunas de ellas se tapiaron y perdieron. De todos modos, la lista va creciendo con los nuevos descubrimientos, tanto en la ciudad como en toda la región de la Toscana.

Pese a las tristes circunstancias en las que estas preciosas ventanas han saltado a los titulares -no perdamos de vista que estamos hablando de pandemias pasadas y presentes-, la verdad es que se acaban de convertir en un motivo más para volver a Florencia. Y pedir un vino, claro.