El gasoducto Midcat es, a ojos de los gobiernos de España, Alemania y por la Unión Europea, como la alternativa más realista a la hora de resolver la dependencia energética de los Veintisiete con respecto a Rusia. Sin embargo, las reticencias del presidente de Francia, Emmanuel Macron, a su construcción han llevado a que el presidente Pedro Sánchez busque limar las reticencias del mandatario galo, para lo que se reunirá la semana que viene con el canciller alemán, Olaf Scholz, con quien espera cerrar algunos flecos pendientes en el acuerdo que suministraría gas a través de los Pirineos.
Sánchez, que se encuentra en una gira latinoamericana que incluye Colombia, Ecuador y Honduras, se ha referido a esa interconexión energética con Francia en la conferencia de prensa ofrecida el miércoles junto al presidente colombiano, Gustavo Petro.
El presidente ha recordado que la Comisión Europea ya reconoce esa conexión como prioritaria en sus planes energéticos para el futuro y ha agradecido el interés de Scholz en impulsarla tal y como reclamó públicamente hace unos días. Sánchez ha recordado que si Francia mantiene su rechazo, existe un plan B que también figura entre las alternativas de la Comisión: una interconexión energética de España con Italia.
Sánchez viajará a Alemania
En una conversación informal con los periodistas que cubren su gira por Latinoamérica, Sánchez ha explicado que no da por perdida la opción de la conexión por Francia y que, de hecho, intentará persuadir a los franceses de que es la mejor opción, la más racional.
El socialista ha reconocido que Francia sí desbloqueó conexiones eléctricas pendientes, pero no la gasística, y pretende que Macron se convenza y su país no sea un cuello de botella para permitir que la Península Ibérica deje de ser una isla energética y contribuir a la respuesta que Europa debe dar al «chantaje energético» del presidente ruso, Vladímir Putin.
La posición de Scholz al respecto aseguró que la ha defendido ya en varias ocasiones el canciller alemán, pero que ahora es cuando ha tenido mayor repercusión la apelación que ha hecho a impulsar esa interconexión. En medio de este debate, Sánchez viajará el martes a Alemania invitado por Scholz aunque no en un formato bilateral, sino en otro de carácter más amplio que fuentes del Gobierno explican que aún está por concretarse definitivamente.
Se verán en el castillo de Meseberg, a unos 70 kilómetros de Berlín, un lugar que el Gobierno alemán tiene destinado a casa de huéspedes de destacados dirigentes internacionales y cercano al lago Huwenow. Este fue el escenario en 2015 de una cumbre que protagonizaron los entonces jefes de Gobierno de ambos países, Mariano Rajoy y Angela Merkel.
En su conversación con los periodistas, Sánchez ha explicado que su presencia en Alemania responde a una iniciativa del Gobierno alemán que le propusieron antes del verano y que la invitación es un motivo de orgullo para España. Aunque la cita no se ha fijado por la situación energética de la UE, éste será un asunto que se da por seguro que se abordará en ese encuentro.
La cuestión energética será la protagonista en Europa durante los meses de septiembre y octubre por el plan de contingencia de Bruselas y por el debate sobre la reforma del mercado de la electricidad.