Gareth Bale no viaja a Mánchester,en un gesto más que deja patente que la relación con Zinedine Zidane está más que rota y sin solución alguna. MARCA ya informó de que el asunto entre entrenador y jugador atendía más a razones personales que profesionales. Apenas había diálogo entre los dos. Han pasado las semanas, el Real Madrid ha conquistado una nueva Liga, la 34 de su historia, y la relación entre uno y otro está completamente rota. No hay diálogo, no hay palabras y ni tan siquiera miradas. Se ignoran, sin más.
Cierto es que Bale no ha faltado al respeto en momento alguno al entrenador, pero muchos de los gestos del galés durante las últimas semanas no han gustado a un Ziinedine Zidane que ‘desconectó’ de Bale tras la final de Kiev, justo cuando el delantero rechazó la mano tendida del técnico después de una temporada más que complicada y que significó la pérdida de la titularidad para el ex del Tottenham.
El regreso de Zidane no fue la mejor noticia para Bale. El pasado verano estuvo cerca de marcharse, incluso lo admitió en una rueda de prensa el propio entrenador, pero la realidad es que uno y otro siguieron compartiendo vestuario, pero la relación lejos de mejorar, ha ido empeorando. Tanto es así, que el galés no ha sido convocado para el decisivo partido de Mánchester. Zidane no lo quiere ni en el avión.
La decisión adoptada por Zidane no ha sorprendido en el club, que no dan la espalda al completo deterioro de la relación entre uno y otro. Es más, durante la semana ya se comentaba entre dirección deportiva y dirigentes. De hecho, muchos piensan que la salida del club de Bale puede llegar este verano ante la sucesión de hechos que demuestran que el jugador ya es historia para Zidane, como también lo es James Rodríguez, el otro ‘ausente’.
EL PEOR FINAL POSIBLE
En el club no querían un desenlace así de la relación. Esperaban un mínimo acercamiento, una gestión que propiciara un posible acercamiento por el bien del equipo, pero el asunto no ha sido bien llevado y ha desembocado en una situación límite. Bale sabe que con ZZ cerca no va a jugar más.
El Real Madrid, sus dirigentes, saben que esos dos años de contrato que le restan, colocan el dominio de la situación del lado del galés, pero también tienen claro que no van a reforzar a rival alguno sin nada a cambio. Bale ha demostrado que es un jugador top y en el club siempre le han visto como un jugador franquicia, pero la realidad termina siendo otra.
Lo cierto es que el Real Madrid se la juega en Mánchester y lo hace sin James y Bale, dos patrimonios de la entidad, que Zidane no los considera como suyos. Relación rota, especialmente con el galés que hace también está fuera de la dinámica del grupo.