Alemania admite que tendrá que imponer racionamiento de gas si no ahorra un 20% de este hidrocarburo. Además, el Gobierno alemán ha dado luz verde a la tasa que aplicará a los precios del gas tanto para la industria como para los hogares. Se empezará a aplicar a partir del 1 de octubre y supondrá un coste de unos 500 euros para las familias alemanas.
Esto se traduce en que los consumidores alemanes de gas natural tendrán que pagar 2,419 céntimos de euro adicionales por kilovatio hora, con el objetivo de asumir los sobrecostes del corte de suministro del gas ruso. La nueva medida ha sido comunicada por el coordinador de área del mercado del gas en Alemania, Trading Hub Europe (THE).
El objetivo de la tasa, según ha destacado el Ministerio de Economía en un comunicado, es «garantizar el suministro de gas a los ciudadanos y a la economía en el marco de la crisis energética alemana y europea causada de forma deliberada por la agresión rusa contra Ucrania».
Una medida necesaria para el país
El rescate de Uniper precipitó una decisión que el gobierno alemán quería evitar. El Gobierno movilizó un paquete fiscal de 10.000 millones para reducir el impacto en los hogares. Pero el rescate de 7.700 millones para salvar Uniper, la principal gasista del país, incluía esta decisión.
«No es ni mucho menos un paso sencillo», asegura el ministro de Economía, Robert Habeck, miembro del partido Alianza 90/Los Verdes, en referencia al suplemento. Y añade que «es necesario para mantener en pie el abastecimiento de calefacción y energía en los hogares privados y en la economía».
No obstante, ha dicho que la subida de precios vendrá acompañada de medidas adicionales para aliviar la carga que supone la situación para «los que tienen poco». De hecho, el Gobierno tiene previsto ayudas para quienes no puedan afrontar esa tasa.
Habeck ha recordado que el Gobierno de coalición ya ha pactado varios pasos, entre ellos dotar a las ayudas del alquiler de un suplemento para hacer frente al incremento de los gastos de calefacción. Finalmente, Habeck ha recordado que el detonante de la situación es la «escasez energética creada artificialmente» por Rusia, a la que acusa de reducir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 por motivos políticos.