sería una realidad impensable. Sin embargo, empieza a notarse la demanda.
Una empresa familiar, en la sierra de Madrid, lleva abasteciendo a la zona desde hace 10 años y aseguran que «la gente ha cogido miedo con la crisis energética«. Su época de mayor venta suele coincidir con la vuelta de verano, hasta la llegada de la primavera, pero aseguran que este año la temporada se ha adelantado. «Comparado con el año pasado hemos vendido más del doble de leña», añaden.
En una pizzería de la zona, Giusseppe y su horno de leña empiezan a plantearse la situación. «Es un problema porque nosotros dependemos de la leña, me estoy planteando comprar un año por adelantado», dice el propietario. Consume unos 15.000 kilos de leña al año, por lo que si los precios siguen subiendo, afectará a su negocio.
Un problema que también se traslada a las viviendas. En España, la venta de estufas y chimeneas había aumentado en mayo un 30%, lo que provocó la subida de demanda de sus combustibles y, a su vez, los precios de estos. El mayor incremento se encuentra en los pellets. La alternativa sostenible a la leña ha doblado su precio en el último año.
Como se puede ver en el vídeo de la parte superior, Mamen utiliza esta fuente de energía para calentar su hospedería y su preocupación por el incremento de precio también va subiendo. «Al final tenemos que repercutir esa subida en los clientes y es lo que menos nos interesa«, expresa.
En definitiva, este invierno, no ser precavido, valdrá por dos.