menores de 40 años disponen de una renta inferior a la de los jubilados. Aunque la subida de precios se ha producido a nivel global, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los alimentos han alcanzado su mayor nivel desde 1990 en todo el mundo. En España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), tras analizar los precios en supermercados y tiendas, cifra ese aumento en un 15, 2%.
El precio de los alimentos crece, pero el poder adquisitivo no tanto. Quienes más lo notan son los jóvenes. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la renta neta de los menores de 30 años equivale solo al 75% de la de las personas jubiladas, es decir, tienen una cuarta parte menos de recursos que ellos para gastar en el día a día.
Además, desde la crisis de 2008 se nota un descenso importante. Por ejemplo, en ese año, el poder adquisitivo de ambos grupos de edad era prácticamente el mismo. Nada que ver con la situación actual.
Por eso, y porque la inflación en el sector alimentario parece no tocar techo, las generaciones más jóvenes hacen todo lo posible por no tirar comida. De hecho, en el último año, el desperdicio alimentario se ha reducido considerablemente.
Desde el Gobierno siguen apostando por un pacto de rentas para lograr contener la inflación en el que participen empresas y trabajadores, así como funcionarios, pero en el que quedarían excluidos los pensionistas, cuyas pensiones se revalorizarán conforme al IPC tal y como fija la ley.