Hepatitis infantil, ¿cuáles son los síntomas y porqué debemos estar muy atentos a ellos?

nino medico doctor examen
nino medico doctor examen

con numerosas enfermedades como la COVID-19 y la aparición de un brote de viruela del mono o el descubrimiento del mortal virus de Marburgo en Ghana. También una que preocupa especialmente a la OMS, y que es la hepatitis infantil.

El motivo de la preocupación es que se desconoce por completo su origen, así como el patógeno que provoca la enfermedad. Aunque se hacen especulaciones y teorías, todavía no hay ninguna confirmada al 100 %. La enfermedad de la hepatitis infantil, que este pasado jueves provocó las dos primeras muertes de niños en España, ha contagiado a más de un millar de menores en todo el planeta, y ha dejado sin vida a 22 personas, según los datos actuales aportados por la OMS.

La principal hipótesis es que sea causada por el adenovirus F41, que ha sido encontrado en al menos un centenar de casos de los pequeños que la padecen. El adenovirus puede causar infecciones en numerosas partes del cuerpo, y se ignora el punto exacto que ataca mayoritariamente, y por el cual podría provocar la hepatitis infantil. Aunque es solo una teoría, debe corroborarse a través de más pruebas, pese a que parte como la principal que manejan los sanitarios.

¿Cómo se contagia la hepatitis infantil y qué síntomas produce?

Al desconocerse el motivo por el cual se origina la hepatitis infantil, no se sabe a ciencia cierta todas las maneras en que puede contagiarse, aunque sí se apunta a un posible contacto vía oral como causa de la enfermedad para que se transmita de un niño a otro. El punto principal que queda dañado es el hígado, por lo que, si un niño siente dolores en esta parte del cuerpo, debe ser llevado urgentemente a revisión médica, para saber si existe riesgo de contagio a otros niños.

Es precisamente el hígado la zona que más tiende a sufrir con la hepatitis infantil. La enfermedad ya ha provocado que más de una decena de menores hayan tenido que recibir un trasplante de hígado al ver el suyo en muy malas condiciones. Si el menor, unido a los dolores en el hígado, tiene vómitos, diarrea, náuseas, fatiga o cansancio, es muy probable que haya contraído la enfermedad. En cualquier caso, debe ser un médico quien ausculte al menor y haga el diagnóstico definitivo.