ante la sofocante ola de calor que azota España con virulencia, y que está provocando récords de temperaturas extremas en nuestro país. Los 40º C han pasado de ser una excepción poco habitual entre nuestras fronteras a ser algo habitual, muy especialmente en las zonas del interior o del sur peninsular, como es el caso de Extremadura en el primer caso y de Andalucía en el segundo.
Y es precisamente el calor extremo lo que ha disparado el consumo del hielo en nuestro país. La demanda es tal que los proveedores declaran estar al límite, y que no pueden abastecer todas las peticiones que llegan a lo largo de España. Si a la altísima demanda se le une el desorbitado precio de la electricidad, la factura a pagar es tan grande que ya no se sabe si compensa tratar de regular el abastecimiento que se pide a lo largo de todo nuestro país.
Los supermercados, siendo conscientes del gran problema que tienen con la falta de hielo, han empezado a racionarlo. A partir de ahora, la mayoría de supermercados está limitando la compra de hielo a un total de dos bolsas por persona y por día. Esta medida se mantendrá, al menos, hasta que se tenga garantizado el suministro de hielo y no prevalezca la escasez que se está viendo ahora en toda España. El hielo se sitúa como uno de los mejores remedios ante el calor.
Un calor que empieza a dar respiros
Mientras los proveedores buscan una solución para cubrir toda la demanda de hielo que existe actualmente, parece que el clima se ha puesto de su parte, ante las lluvias que se están produciendo en España durante los últimos días. Un ejemplo lo encontramos en la Comunidad de Madrid, donde el olor a lluvia empieza a volverse más frecuente en los últimos días y ayuda a aliviar el enorme calor que está asfixiando a nuestro país, sobre todo al interior peninsular.
Para los próximos días, se espera que haya lluvias intensas en la zona de los Pirineos, que podrían llegar a extenderse, aunque de forma más leve, a zonas cercanas como la Comunidad de Madrid o Castilla-La Mancha. La sequía está siendo tan extrema que, en lugares como la provincia de Málaga, se ha cortado el suministro de duchas en algunas playas para ahorrar agua, dado que la capacidad de sus embalses está al límite y no pueden abastecer tampoco el suministro al 100 %.