A falta de una vuelta Lewis Hamilton pincha su neumático delantero izquierdo.
Lewis Hamilton se molestó con el único coche que llegó a adelantarle en el GP de Gran Bretaña: «El safety car tiene que ir más rápido, es demasiado lento para nosotros…». Se impacientó, no está acostumbrado a perseguir, aunque fue circunstancial. Dos accidentes fuertes condicionaron la primera mitad de la carrera y le obligaron a esmerarse en las resalidas. A partir de ahí se presumía paseo por la campiña inglesa en un día soleado pero ventoso y triunfo implacable en Silverstone, el séptimo en casa para él. Jugó con Valtteri Bottas, le ofreció una diferencia controlable, pero el finlandés nunca estuvo en disposición de ganarle a pesar de que su arrancada bajo los semáforos fue mejor. La gracia es que Hamilton cruzó bajo la bandera a cuadros sin una rueda, derrapando en las últimas curvas. Pero primero, claro.
Los Mercedes estuvieron en su planeta casi toda la carrera. Volvieron a la realidad cuando a dos vueltas del final reventaron, ambos, el neumático delantero izquierdo. A Bottas le dejó sin puntos, lo increíble es que Lewis no perdiese la primera posición con Max Verstappen. El neerlandés cazó el segundo puesto del podio después de un domingo plácido a su manera: en condiciones normales su Red Bull no daba para más, rodaba a un segundo de la cabeza, pero el Ferrari de Charles Leclerc tampoco le molestó detrás porque era, a su vez, un segundo más lento por vuelta. El monegasco fue tercero, podio impensable gracias al drama de Valtteri y mucho premio para tan poco monoplaza. Maranello probó en Inglaterra un alerón trasero mínimo para ganar velocidad punta.
Las posiciones estuvieron siempre definidas delante, es justo decir que el espectáculo en Silverstone lo puso Carlos Sainz, y no sacó nada a cambio. Salió séptimo y adelantó en la primera vuelta a su compañero, Lando Norris, y al Racing Point de Lance Stroll. Antes de completar el paso por meta inicial, Alex Albon tocó a Kevin Magnussen y le mandó al muro, provocando el primer coche de seguridad de la tarde. El accidente fue feo, pero no tanto como el de Danill Kvyat en la vuelta 12, cuando estrelló solo su Alpha Tauri contra las protecciones en las curvas de Maggots y Becketts, a muy, muy alta velocidad. Afortunadamente quedó todo en un susto.
Toda la parrilla aprovechó ese segundo parón para cambiar los neumáticos y fue una ventaja para el madrileño, que empezaba con gomas blandas cuando los rivales directos calzaban las medias. Era sexto al abandonar el pit lane porque Grosjean se quedó en la pista en busca de una estrategia banzai. Tuvo que trabajarse el adelantamiento porque el francés de Haas fue duro y sucio, cambiando de trazada en la frenada hasta el punto de recibir una advertencia de los comisarios. Pero el de McLaren sacó toda su agresividad para secarle en la curva Stowe y consolidar el quinto puesto ganando tres posiciones, mano a mano, en la pista. Y una más, gratis, llegaba pasando a Bottas. Cuarto, final soñado, pero su goma delantera izquierda tuvo el mismo tráfico final que la de los Mercedes y Sainz debió llegar a boxes en las lonas y sin posibilidades de acabar en los puntos, 13º final.
Ricciardo pasó a Norris y se hizo con el cuarto puesto, ambos estuvieron enzarzados desde el inicio. Ocon y un brillante Pierre Gasly consiguieron pasar a Stroll en el rush final del gran premio después de pasarse y repasarse varias veces. Albon, Stroll y Vettel cerraron el top-10.