centrarse en el este de Ucrania esta primavera, altos mandos militares de la administración de Joe Biden dijeron que las siguientes entre cuatro y seis semanas de lucha determinarían el camino final de la guerra. Ese tiempo ha pasado y ahora ven el panorama cada vez más claro: es probable que Rusia termine con más territorio, pero ninguna de las partes obtendrá el control total de la región, ya que un ejército ruso agotado se enfrenta a un oponente armado con armas cada vez más sofisticadas.
Aunque Rusia ha tomado territorio en la región más oriental de Lugansk, su progreso ha sido lento. Mientras tanto, la llegada de los sistemas de artillería de largo alcance estadounidenses y el entrenamiento de los ucranianos en su uso deberían ayudar a Ucrania en las próximas batallas, según ha explicado el general Mark A. Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto: «Si lo utilizan adecuadamente, en la práctica, van a tener muy buenos efectos en el campo de batalla«.
Tal y como recoge ‘The New York Times’, funcionarios del Pentágono dijeron que eso significaba que Rusia podría no ser capaz de lograr ganancias similares en la vecina Donetsk, que junto con Lugansk forma la región rica en minerales del Donbás. Cabe recordar, en este sentido, que las tropas ucranianas han estado luchando contra los separatistas respaldados por Rusia en Donbás desde 2014, cuando Moscú se anexionó Crimea de Ucrania.
Balance actual de la invasión rusa en Ucrania
Después de semanas de sangrientas batallas en el este -con hasta 200 soldados ucranianos muertos diariamente, según la estimación del propio Gobierno, y un número similar o mayor entre las tropas rusas, según las estimaciones occidentales-, Rusia tiene aproximadamente la misma cantidad de territorio en Donetsk que los separatistas controlaban en febrero antes de la invasión.
«Sólo el número suficiente de artillería moderna para Ucrania asegurará nuestra ventaja»
Pero los analistas estadounidenses esperan que Rusia se haga pronto con el control de toda la región de Lugansk. Un funcionario de defensa, citado sin nombre por ‘The New York Times’, señaló que preveía que las ciudades gemelas de Severodonetsk y Lisichansk caerían en cuestión de días, ya que las fuerzas rusas bombardearon la zona con artillería pesada y «bombas tontas», es decir, municiones no guiadas que infligen muchas bajas.
Así, las tropas terrestres rusas han avanzado con lentitud, y en algunos casos han tardado semanas en avanzar uno o dos kilómetros, según los funcionarios estadounidenses. Esto podría indicar una falta de soldados de infantería o una mayor precaución por parte de Moscú después de haber tenido problemas con las líneas de suministro en sus desastrosas primeras semanas de guerra.
Varios analistas militares afirman que Rusia está en su punto máximo de eficacia en el combate en el este, ya que los sistemas de artillería de largo alcance prometidos a Ucrania por los países de la OTAN siguen llegando. Ucrania está enormemente superada, dicen, un hecho que el presidente Volodimir Zelenski reconoció la semana pasada en uno de sus discursos nocturnos diarios: «Da miedo. Y llamamos la atención de nuestros socios a diario sobre el hecho de que sólo el número suficiente de artillería moderna para Ucrania asegurará nuestra ventaja y finalmente el fin de la tortura rusa del Donbás ucraniano».
Ayuda para Ucrania frente a Putin
Zelenski y sus colaboradores han apelado a Occidente para que suministre armamento más sofisticado de lo que ya han enviado y han cuestionado el compromiso de sus aliados sobre la causa ucraniana. De hecho, amenazan con que nada más puede detener el avance de Rusia, que incluso según estimaciones conservadoras se ha cobrado la vida de decenas de miles de civiles y soldados.
Ante esta situación, el presidente Biden anunció el miércoles 1.000 millones de dólares adicionales en armas y ayuda para Ucrania, en un paquete que incluye más artillería de largo alcance, lanzadores de misiles antibuque y cartuchos para obuses y para el nuevo sistema de cohetes estadounidense. En total, Estados Unidos ha comprometido unos 5.600 millones de dólares en ayuda a la seguridad de Ucrania desde que Rusia la invadió el 24 de febrero.
La predicción de los expertos
Los funcionarios del Pentágono esperan que la llegada de más sistemas de artillería de largo alcance cambie el campo de batalla en Donetsk, aunque caben más dudas sobre Lugansk.
Frederick B. Hodges, un antiguo comandante del Ejército estadounidense en Europa que ahora trabaja en el Centro de Análisis de Políticas Europeas, considera que la guerra probablemente durará muchos más meses. Sin embargo, según las palabras recogidas por ‘The New York Times’, predijo que las fuerzas ucranianas -reforzadas por la artillería pesada de Occidente- frenarían el avance de Rusia y empezarían a hacer retroceder sus avances a finales del verano: «La guerra es una prueba de voluntad, y los ucranianos tienen una voluntad superior». Por otro lado, ve mucho más desfavorable la situación para Rusia: «La situación logística rusa se degradará lentamente porque no tienen aliados ni amigos».
Es importante contextualizar, en este sentido, que el Ejército ruso está configurado para campañas cortas y de alta intensidad definidas por un fuerte uso de la artillería, pero no está preparado para una ocupación sostenida, ni para el tipo de guerra de desgaste que se está llevando a cabo en el este de Ucrania. «Este es un período crítico para ambas partes», diagnostica Michael Kofman, director de estudios rusos en el C.N.A., un instituto de investigación en Arlington, Virginia. «Probablemente en los próximos dos meses, ambas fuerzas estarán agotadas. Ucrania tiene un déficit de equipos y municiones. Rusia ya ha perdido gran parte de su poder de combate, y su fuerza no está bien preparada para una guerra terrestre sostenida de esta escala y duración.
Por ello, los analistas consideran que Rusia tratará de seguir ganando territorio kilómetro a kilómetro, y luego probablemente endurecerá sus líneas de frente con minas y otras defensas contra un contraataque ucraniano, que se espera después de que los sistemas de artillería de largo alcance lleguen al campo de batalla, dijeron los analistas.
En opinión de Christopher M. Dougherty, ex ranger del Ejército y analista de Defensa en el Centro para una Nueva Seguridad Americana, aunque el terreno podría cambiar de manos, «ninguno de los dos bandos tiene la masa necesaria para explotar las ganancias menores»: «La guerra se convierte ahora probablemente en una prueba de resistencia«. Como resultado, según varios analistas militares, tanto Moscú como Kiev se apresurarán a enviar refuerzos al frente.
«La carrera por el reabastecimiento será crítica para ambos bandos«, escribieron el coronel John B. Barranco, del Cuerpo de Marines, el coronel Benjamin G. Johnson, del Ejército, y el teniente coronel Tyson Wetzel, de la Fuerza Aérea, en un análisis del Atlantic Council. «Para reemplazar sus pérdidas, el Kremlin podría tener que recurrir al envío de miles de reclutas más», dijeron los oficiales, y añadieron que Ucrania tendrá que mantener sus líneas logísticas y avanzar con armas terrestres, incluyendo artillería de largo alcance y sistemas aéreos no tripulados
Las debilidades de la posición del Ejército ucraniano están empezando a mostrarse, y están sembrando la preocupación. Mientras que algunos analistas independientes han predicho que el avance ruso se detendrá en Severodonetsk, los expertos del Gobierno estadounidense no están tan seguros. Algunos dicen que creen que el avance ruso podría continuar y que los rusos pronto podrían hacer más progresos en las zonas donde los contraataques ucranianos han tenido éxito.
Otros analistas consultados por ‘The New York Times’ predicen un vaivén que podría prolongarse durante meses o incluso años. «Es probable que esto continúe, con cada lado intercambiando territorio en los márgenes», vaticina Kofman, y añade: «Va a ser una situación dinámica. Es poco probable que haya colapsos significativos o rendiciones importantes».
Stephen Biddle, experto militar y profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Columbia, explica, por su parte, que las imágenes sugieren que los rusos estaban utilizando munición vieja con un mal mantenimietno. Esto es así porque los cráteres indican que los proyectiles de artillería rusos suelen estallar en el suelo cerca de las trincheras ucranianas, en lugar de en el aire sobre ellas, donde serían más mortíferas.
No obstante, la artillería ineficiente puede seguir siendo muy destructiva cuando se emplea en masa. «La cantidad tiene una calidad propia«, indica Biddle, y zanja sobre el tema: «Si yo fuera uno de los miembros de la infantería que está siendo machacada en esas trincheras, no sé si me sentiría mucho mejor sabiendo que la artillería rusa podría ser aún más letal si estuviera mejor mantenida y empleada».