¿Aceptas todas las cookies? La mayoría de los españoles lo hace, pero no sabe qué son

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¿Desea aceptar todas las cookies?» Cada vez que los usuarios entramos en una página web, una pestaña lo pregunta. Si eres de los que las acepta, haces lo mismo que el 60% de los españoles, aunque la mayoría (un 57%) no sabe cómo funcionan exactamente, según un estudio reciente de AVAST.

¿Qué son?

Las cookies son ficheros de texto que los sitios web envían a nuestro navegador para almacenar y recoger información sobre nuestra visita. Permiten, por ejemplo, que una tienda online recuerde nuestro usuario y contraseña, mantenga en la cesta lo que habíamos añadido a nuestro carrito de compra o que las redes sociales nos enseñen publicidad de artículos que ya habíamos buscado. «Mucha gente no entiende realmente qué son, cómo funcionan o qué implicaciones tienen», señala Jaya Baloo, CISO de AVAST.

De hecho, dos de cada tres las aceptan porque quieren acceder rápidamente al sitio web y solo el 13% de los españoles admite rechazarlas. Además, muy pocos (un 14%) reconocen leer las políticas de privacidad de las páginas web antes de aceptarlas.

Pero, ¿son realmente malas las ‘cookies’? Puede que no estés seguro de si las cookies son beneficiosas, perjudiciales o ambas. Pues bien, todo depende de cuáles decidamos aceptar: porque ni todas son iguales, ni recogen el mismo tipo de información.

Por un lado, existen las ‘cookies necesarias’. Son aquellas que, habitualmente, las páginas web nos obligan a aceptar si queremos seguir navegando. Se limitan a «mejorar nuestra experiencia web en el sitio que estamos visitando», explica Luis Corrons, Security Evangelist de AVAST. Es decir, la página web no podría funcionar correctamente sin estas cookies. Pero los riesgos pueden aparecer cuando aceptamos todas las cookies, incluidas las de otro tipo.

Las hay estadísticas, de publicidad o de personalización y son las que recopilan todo tipo de información sobre nosotros. Rastreando nuestras búsquedas, terminan conociendo nuestros gustos, preferencias e intereses. Estas ‘cookies’ son las responsables, por ejemplo, de que una página web recuerde dónde queremos retomar un video que habíamos dejado a mitad de reproducción, nos recomiende contenido que nos pueda interesar o nos ofrezcan publicidad personalizada.

Ahora bien, ¿qué hay de malo en todo esto? «Normalmente aceptamos que se comparta información nuestra con terceros, que luego nos podrán rastrear. Hay sitios que comparten esta información con miles de empresas», detalla Corrons.

Por eso los expertos recomiendan borrarlas periódicamente de nuestro ordenador y revisar la configuración de los sitios web y nuestro navegador.