simple análisis de sangre se pueden contabilizar las células B e identificar las que tienen unas propiedades diferentes. Esas células distintas son muy parecidas a la que se encuentran en la leucemia linfática crónica, la más frecuente. A priori, se pueden encontrar en personas que todavía no han desarrollado la enfermedad, pero el hallazgo puede servir de pista para anticiparse a la enfermedad.
Ahora se trata de profundizar más en estos cambios, no solo para perfeccionar los criterios de diagnóstico precoz, sino también para comprender por qué un porcentaje minoritario de las personas con linfocitosis B monoclonal acaban desarrollando leucemia.
El siguiente paso es saber por qué unas personas desarrollan ese cáncer de sangre y otras no. Por eso los investigadores lanzaban hace unos días lanzaban un llamamiento para reclutar a 2000 voluntarios dispuestos a donar una muestra de sangre. El objetivo es crear un observatorio poblacional. En principio se centrará en Castilla y León y en la en la zona centro de Portugal, y después se irá extendiendo. El proyecto está en en fase de investigación, sin consecuencias clínicas.
Los investigadores ya cuentan con algunos datos relevantes, como que en torno al 12 por ciento de la población general de más de 40 años, y aparentemente normal, tienen presencia de esas células pre-leucémicas en sangre. La cantidad de esas células podría marcar un factor de riesgo.
En cuanto a la investigación, en la que junto al CIC de Salamanca participan cinco instituciones de países como Reino Unido e Italia, se trabaja en la idea de que, como ha informado Julia Almeida, los programas de diagnóstico precoz estén basados en un «conocimiento científico» que permita «detectar la enfermedad en sus inicios», además de identificar células en la sangre que predisponen a determinadas personas al desarrollo de ciertos tipos de leucemia.