El Gobierno «explorará» la posibilidad de desarrollar «bonos de conectividad social para los colectivos más vulnerables», vinculados con otros programas orientados a «cerrar las brechas sociales e impulsar la integración» dentro del objetivo de garantizar la conectividad a Internet dentro de cinco años a toda la población.
Así figura en la agenda España Digital 2025 para acelerar la transformación digital del país a través de casi 50 medidas y la movilización de 140.000 millones de euros en inversión pública y privada.
Se trata de una hoja de ruta con hasta 10 objetivos troncales en materias tan diversas como ciberseguridad, educación o la digitalización de administración pública y empresas. Contará con metas definidas como que el 80% de la población tenga competencias digitales, que la mitad de los servicios públicos puedan realizarse a través de una app, que todo el espectro esté preparado para el 5G, frente al 30% actual, o que el 25% de las ventas de las pymes sea online.
Entre las medidas figura también garantizar que el 100% de la población cuente con 100 megas para navegar de velocidad mínima de Internet al finalizar el programa, en el año 2025, «promoviendo la desaparición de la brecha digital».
Si bien se reconoce el gran despliegue de las redes de comunicaciones y banda ancha en el país, el plan apunta que debe ser mejorado «para alcanzar la igualdad de oportunidades y capacidad de acceso a las redes para todos los territorios, todos los grupos sociales y todas las empresas».
Conforme a sus datos las redes alcanzan ya una cobertura del 94% para velocidad de acceso de 30 megas (Mbps) y del 85% para velocidad de acceso de 100 Mbps, «pero todavía no llegan con la calidad necesaria a zonas remotas del territorio y a pequeñas poblaciones«.
Este hecho supone a su juicio «una limitación fundamental para la fijación de población, los proyectos empresariales y el acceso a los servicios básicos, públicos y privados», y, más allá de la disponibilidad de infraestructuras para toda la población, subraya que la conectividad entre personas, objetos y empresas sólo será una realidad si se utilizan.
Es aquí donde abre la puerta a «explorar» la posibilidad de una especie de bono social de Internet para colectivos vulnerables, junto a la puesta en marcha de «bonos digitales para facilitar la conectividad de escolares» que hagan factible la educación a distancia o crear una línea de apoyo para impulsar la digitalización de pymes y autónomos.
Por la parte que toca a la infraestructura apuesta por profundizar en la adecuada cobertura de las redes de acceso de banda ancha en todos los niveles: tanto áreas rurales, potenciando especialmente los relacionados con la atención socio-sanitaria y la conectividad de las infraestructuras de centros públicos y sociales; como en centros urbanos y cascos históricos.
Asimismo, refiere la necesidad de mejorar los accesos de banda ancha en ámbitos industriales, incluyendo centros logísticos y polígonos industriales, o destinos turísticos de gran afluencia de visitantes que requieren infraestructuras digitales adecuadas.