desprendimiento de tierras el pasado sábado, 23 de abril, ha provocado el desalojo de unas 20 personas de nueve viviendas del casco urbano del municipio de Autol, en la Rioja. Los residentes avisaron a Emergencias cuando se dieron cuenta de la magnitud del problema. Durante toda la noche del domingo al lunes, los técnicos han estado pendientes de la zona afectada. Se produjo por el colapso de varias bodegas-calados de la zona.
Los técnicos realizaron mediciones sobre el terreno cada cierto tiempo para evaluar y comprobar las grietas. El director general de Emergencias y Protección Civil del Gobierno de La Rioja, Salva Díez, indicó que el aumento de las grietas paró a las 17:00 horas del pasado sábado. Una vivienda ubicada encima del cierro se agrietó, dañándose el interior y exterior. Bomberos del CEIS, técnicos de Protección Civil y una ambulancia acudieron al lugar.
«Parece que se ha producido una ralentización en el proceso. Utilizamos drones para observar el lugar del deslizamiento donde no se puede acceder. Se han perdido las bodegas, pero se ha producido un asentamiento del terreno», explicó Díez. Se trata de la segunda valoración del terreno desde el corrimiento durante la noche del viernes al sábado.
El corrimiento se ha ralentizado
La zona del corrimiento en Autol sigue en peligro, aunque los técnicos ya se encuentran estudiando que residentes de siete de los nueve domicilios vuelvan a sus casas. «Nos preocupan las nueve viviendas desalojadas. Las más afectadas son dos, la de cabeza del deslizamiento y la del pie y no se va a poder entrar en ellas, indicó el director general.
«Vamos a ver si esta semana se puede acceder a las otras siete y que las familias vuelvan a sus casas, según evolucione la aceleración de las grietas, y siempre desde el punto de vista optimista. Esto puede cambiar y seguimos con mediciones constantes», añadió.
La alcaldesa del municipio, Catalina Bastida, informó el domingo que «no se han producido nuevos desprendimientos y todo está en calma». Que llueva en la zona podría provocar nuevos desprendimientos por el terreno arcilloso y el peligro todavía existe.