catedral de Pisa, situada en la plaza del Duomo, en la región italiana de la Toscana, es uno de los monumentos más reconocibles y visitados del mundo. Una gran obra de la arquitectura con un singular atractivo: la torre está torcida y parece a punto de caerse.
Problemas desde el inicio de su construcción
Después de construirse los tres primeros pisos, la torre se inclinó tres metros hacia el norte, debido a unos cimientos débiles en un subsuelo inestable. Las obras se detuvieron durante un siglo por las guerras e hizo que el suelo se asentara. Se añadieron cuatro plantas más y durante toda su construcción se hicieron varios intentos de corregir su inclinación, construyéndose en vertical sobre la torre ladeada, en un ángulo ligeramente diferente para compensarla.
¿Por qué empezó a inclinarse?
La explicación la encontramos en el suelo: el lugar donde se asienta la torre es muy poco estable, formado por arena y arcillas, por lo que al ser pantanoso tiende a deformarse y moverse. Además la Torre de Pisa tiene poca fijación para sus 55 metros de altura y casi 15.000 toneladas de peso.
Evitar el derrumbe
Pese a los esfuerzos, a principios de 1960, la Torre de Pisa se encontraba muy desplazada de su centro, por lo que el 27 de febrero de 1964 el Gobierno de Italia pidió ayuda para evitar su caída. Ingenieros, matemáticos e historiadores estudiaron varios métodos de estabilización y tras dos décadas de trabajo, la torre fue cerrada al público en enero de 1990. Después de una década de esfuerzos de reconstrucción y estabilización, fue reabierta al público el 15 de diciembre de 2001.
¿Caerá definitivamente?
Se propusieron muchos métodos para estabilizarla, como añadir 800 toneladas de plomo como contrapeso y extraer tierra de la zona inferior a la base, con lo que se considera que se garantiza la estabilidad de la torre para al menos otros 200 años. La tecnología actual podría enderezarla por completo, pero se descarta la idea, ya que perdería el encanto que la hace famosa a nivel mundial. En 1987, el conjunto patrimonial de la plaza del Duomo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.