Son muchos los países que se han visto gravemente afectados por el coronavirus y han luchado por combatir la enfermedad decretando diferentes medidas de prevención y seguridad, como el confinamiento de la población.
Un caso que llama la atención es el de Corea del Sur, que fue a finales de febrero el país más afectado por la pandemia fuera de China. Ahora ha logrado revertir dicha situación y pasar a ser un ejemplo de gestión de la pandemia para el resto de naciones.
Las claves de su recuperación se hayan en la apuesta por test masivos y rastreos de contagios, con lo que han logrado además, evitar paralizar la economía del país. «Todos los días nos llegan alertas al móvil comunicándonos los nuevos contagios», asegura Mailler Villaverde, española en Seúl.
Las autoridades coreanas pertinentes proceden al rastreo de la enfermedad utilizando entrevistas y vigilancia de móviles, por el que el GPS localiza a los enfermos en tiempo real.
Cada vez que se produce un nuevo contagio se abre inmediatamente una investigación que se lleva a cabo a través de la ayuda de la identificación facial y los datos de tarjetas de crédito, complementando siempre dicho proceso junto un seguimiento y la realización de miles de test.
Sin embargo, para evitar la saturación de los hospitales, los test masivos se realizan en los exteriores de los centros sanitarios.
Corea del Sur ha aprendido de los errores cometidos en el año 2015 durante el brote de MERS, el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio y ha logrado proteger a su población sin ser necesaria la paralización completa del país.