Este viernes la Plaza de España de Bolaños acogerá una de las citas más singulares de la localidad, el ‘Día de las Almendrillas’, donde el citado lugar se llenará de puestos de todo tipo de dulces y frutos secos para celebrar el ‘Día de las Ánimas’ y la fiesta de San Blas.
Para entender por qué Bolaños celebra San Blas, antiguo patrón de la localidad, un día después de su santoral, debemos remontarnos al siglo XIX durante la Primera Guerra Carlista.
El 3 de febrero de 1837, veintidós vecinos se escudaron en la Iglesia para refugiarse de la llegada de la facción del guerrillero almagreño Francisco Rugero, apodado ‘Palillos’. Los defensores bolañegos, a quienes habían prometido sobrevivir si deponían armas, fueron trasladados y fusilados en un paraje intermedio entre Bolaños y el santuario de Nuestra Señora de las Nieves en Almagro, conocido tras el suceso como la Olla de los Muertos.
Debido a esta matanza, este día pasó a denominarse como ‘Día de las Ánimas’ y se desplazó la festividad de este patrón al 4 de febrero, popularmente conocido por los bolañegos como ‘Día de las Almendrillas’ o ‘Pañolá’.
LA ‘PANOLÁ’, UNA TRADICIÓN VIVA
La ‘Pañolá’ es una de las costumbres más arraigadas en esta fiesta y consiste en que los novios compran frutos secos, los vierten en un amplio pañuelo de hierbas que atan por los cuatro picos y se lo regalan a sus parejas.
A lo largo de estos casi 200 años de vida del ‘Día de las Almendrillas’ los jóvenes bolañegos han continuado congregándose en la Plaza de España para mantener viva esta tradición, aunque ahora se regalan bolsas de frutos secos, en lugar de envolverlos con pañuelos.
Los asistentes también podrán degustar churros o las típicas almendras garrapiñadas en los aledaños de las puertas de la Iglesia de San Felipe y Santiago, donde antaño se celebraban dos misas, y posteriormente otra en el Cementerio.