siguen saliendo a la luz sucesivamente, siendo cada vez más las conocidas y con múltiples voces exigiéndole que renuncie al cargo.
Pero él no se achanta. Mantiene su intención de renovar su imagen pese a que está seriamente dañada, y confía en alzar el vuelo en todas las encuestas que a día de hoy, le auguran un batacazo laboral, con sorpasso de los laboristas. Por ello, Johnson ha decidido tomar medidas de cara a la pandemia para tratar de mejorar la mermada popularidad que tiene a día de hoy.
Ha decidido retirar todas las restricciones relativas a la pandemia de coronavirus a partir del próximo 1 de febrero, en una estrategia donde apuesta por aportar una mayor libertad a los ciudadanos y evitar que la polémica por sus fiestas ilegales en pleno confinamiento siga acrecentándose como hasta ahora, sin que haya una sola semana donde se pida su dimisión a gritos en la Cámara de los Comunes.
Nueva pillada al ‘premier’
Si las fiestas eran un punto de inflexión que ha llevado a Johnson a enfrentarse a todo el Parlamento e incluso a una escisión de su propio partido, ahora el problema es mucho mayor. Un nuevo escándalo que ha salido a la luz ha desmontado unas declaraciones públicas de Johnson en las que negaba rotundamente la pregunta de una periodista.
Se le preguntó a Boris Johnson si él había autorizado sacar de Afganistán a animales junto al personal británico que se encontraba allí durante la evacuación en el tramo final de la guerra, en agosto de 2021. El premier británico lo negó, pero le ha salido el tiro por la culata al demostrarse que estaba mintiendo.
Unos correos filtrados en los cuales Johnson daba el visto bueno para sacar a dichos animales le han vuelto a poner en una situación cada vez más complicada. La rebelión interna de los ‘tories’ será determinante para saber si Johnson puede seguir en el cargo, puesto que los conservadores tienen actualmente mayoría absoluta en el Parlamento británico.