Los inicios en esta disciplina fueron un poco tortuosos: “Empecé a jugar gracias a mis padres que me enseñaron los movimientos básicos en el tablero. Me apunté en un equipo pero lo acabé dejando. Con el paso del tiempo volví a intentarlo y fui viendo que cada vez me gustaba más y más” comenta el joven. “Es un juego psicológico que hay que pensar, a mi me gusta mucho pensar, hacer tácticas y ejercicios” añade.
Para él lo más importante a la hora de jugar al ajedrez es mantener la “mente fría” pero también entrenar mucho: “Leo muchos libros sobre este deporte y también veo vídeos de jugadas en Internet. Mi entrenador, Rafael Rodríguez López (maestro internacional), también me da muchos consejos” desvela.
Sus próximas competiciones
Ahora todos sus esfuerzos están puestos en las próximas competiciones: “En los próximos días participaré en un torneo en Ourense, también viajaré hasta Roquetas de Mar para jugar otro. Y ya por último viajaré en verano a Budapest para asistir a un torneo cerrado” indica ilusionado.
Para él, el secreto para llegar a lo más alto está claro: “Para ser bueno en ajedrez te tiene que gustar. Conozco gente que es muy buena pero se nota que no le gusta y así yo creo que no van a convertirse en los mejores. También hay que saber calcular, sentarse y estar calmado” dice.