gran batalla campal en la cárcel de Estremera, según algunos funcionarios que lo han calificado como «una batalla campal en un polvorín». Dos bandas enfrentadas comenzaron a pelear por un presunto ajuste de cuentas por el control de la droga y los teléfonos móviles en el interior de la prisión, aunque aún no se conoce con certeza el detonante de la pelea.
Cuatro trabajadores heridos y varios internos lesionados
El incidente se saldó con cuatro funcionarios de la cárcel heridos y siete internos lesionados y trasladados al módulo de máxima seguridad, tal y como indica el artículo que el juez de Vigilancia Penitenciaria les ha impuesto, el 75.1 del Reglamento Penitenciario, que les manda directamente a aislamiento.
«Hubo cuchilladas con pinchos carcelarios, volaron las sillas de plástico e incluso utilizaron latas de refresco llenas metidas en calcetines, a modo de hondas, para atacar», según informaron fuentes penitenciarias.
Los funcionarios han indicado que la hipótesis más clara es que se enfrentaron debido a un ajuste de cuentas entre ambas bandas. Una de las bandas está integradas por varios delincuentes españoles que cumplen condena por dedicarse al narcotráfico en España.
Los funcionarios reclaman falta de personal
Según la asociación de empleados de prisiones Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), denuncia la falta de personal en la cárcel, ya que los heridos tuvieron que ser atendido por los servicios sanitarios de Estremera, «que, desde hace un largo tiempo y por falta de médicos en la plantilla, no contaban con ningún facultativo de servicio cuando se produjeron los hechos».
Afirman que la actuación de los trabajadores del centro penitenciario fue clave para reducir las consecuencias del altercado, pero recalcan que «Estremera es una cárcel con presos muy peligrosos, en la que los funcionarios están de paso, son muy jóvenes y el personal es novel, es una prisión abandonada».