el teletrabajo en buena parte del mundo. De hecho, varios países han decidido imponerlo como medida obligatoria para evitar que el virus se propague aun ritmo mayor. Según los expertos, es una buena opción. Los virólogos, como José Antonio López, defienden que «el teletrabajo, así como se está haciendo en otros países vecinos, debería estar regulado por ley«.
En España el teletrabajo no llegó a cuajar tras la primera fase de la pandemia y en el tercer trimestre solo el 8 % de los trabajadores estaban en casa. Sin embargo, justo antes de la Navidad, se ha vuelto a disparar.
Varias empresas han decidido volver a confiar en las medidas telemáticas para frenar la expansión de la COVID-19 en esta sexta ola. Oficinas donde deberían trabajar unas 25-30 personas, vacías. Samuel Durán, responsable de una empresa de tecnología, ha decidido que sus compañeros vuelvan a teletrabajar. Solo él va presencialmente para recoger los pedidos. Nada más. Porque, siempre y cuando sea posible, es la mejor opción para proteger a los trabajadores, aseguran.
Teletrabajo en el resto de países
Mientras tanto, en Francia, el primer ministro, Jean Castex, ha anunciado que el teletrabajo será obligatorio al menos tres días por semana. Además de esta medida, el Gobierno del país vecino también ha decidido adelantar la dosis de refuerzo de cinco a tres meses tras las primeras dos inyecciones e imponer el pasaporte covid como medida obligatoria para poder entrar en cines, museos, restaurantes o transportes públicos.
En el Reino Unido, en el mes de diciembre se han vuelto a recuperar niveles similares a los de principios de la pandemia. Algo semejante que lo que ha ocurrido en Bélgica o Suiza, donde han vuelto simultáneamente a la mascarilla obligatoria y al teletrabajo desde noviembre. En Portugal a partir del mismo día de Navidad hasta el final de las fiestas también se ha impuesto teletrabajo obligatorio.