agricultores están al límite, desde que comienzan su jornada laboral no paran de ver cómo se incrementan los costes. Tommy Rohde es un agricultor cordobés que explica cómo se han incrementado sus gastos. Desde llenar el depósito que antes le costaba alrededor de 100 euros hasta los 200 actuales. Sin embargo, no puede escatimar en ello ya que necesita el tractor para trabajar sus olivos, igual que el cobre para sulfatar, ante el litro le costaba 6 euros y ahora 10. Y así una larga lista: semillas, fertilizantes, plásticos etc.
En concreto el precio de los plásticos para los invernaderos se ha disparado casi un 50%, el gas ha subido más de un 70% y la electricidad es ahora un 270% más cara.
Los precios no paran de subir sin embargo hay que invertir porque la tierra es la que les da de comer. Ni que hablar de las jornadas laborales, de 15 a 18 horas diarias y sin festivos ni descansos. Es un trabajo duro y encima ahora el incremento de lo0s costes de producción se lo come todo.
Denuncian que se incumple la ley de la cadena alimentaria y las reuniones con el ministro Luis planas no avanzan. Aseguran que no les queda otra por ello se mantienen las protestas y además advierten: «si el campo para, paramos todos».