Jerez de la Frontera suele ser menos conocida que su vecina Cádiz pero, en Andalucía, es difícil resistirse a la mayoría de sus rincones llenos de vida y cultura. Jerez es la ciudad que denominan como capital de los vinos de clase mundial, pero no solo merece la pena visitarla por esto, sino también por el resto de su gastronomía o por la historia que se respira entre sus calles.
Uno de los aspectos que más destaca la periodista Julia Buckley, que se adentró en la ciudad como una turista más, es la gastronomía. En sus propias palabras, «se podía comer como un rey». El bar Juanito fundado en 1943, Las Banderillas o La Carboná son algunos de los lugares por los que pasó y que recomienda encarecidamente para todos aquellos que visiten la localidad andaluza.
El casco antiguo
Otro de los aspectos que sorprendieron a la periodista es el casco antiguo de la ciudad. «En el deslumbramiento del mediodía, el casco antiguo de Jerez, con sus palacios y patios, sus terrazas pavimentadas donde los lugareños mordisqueaban tapas y bebían finos fríos, era como una versión de Sevilla de la que se había eliminado mágicamente el fenómenos del turismo de masas», explica Buckley.
Capital de los vinos de clase mundial
La ciudad de Jerez de la Frontera es conocida como la «capital de los vinos de clase mundial«, algo que también destaca el Financial Times. Visitar sus bodegas, sus viñedos y hacer una buena cata de vinos es otra parada obligatoria en caso de visitar la ciudad.
En España hay lugares con exquisita gastronomía, cultura e historia tal y como demuestra la andaluza Jerez de la Frontera. Para el que piensa en una escapada otoñal, se trata de un destino con acierto garantizado.