La Palma siguen pendientes de la situación provocada por el volcán. El Cumbre Vieja lleva más de un mes en erupción y miles de personas han tenido que desalojar sus casas. Algunos lo han perdido todo y otros viven con la incertidumbre de si las coladas de lava finalmente afectarán a sus hogares. Pero el volcán no solo ha afectado a las personas, también lo ha hecho a los animales y, entre ellos, animales exóticos.
En el último mes se han visto imágenes de ganaderos sacando ovejas, cabras y todo tipo de especies para llevarlas a otras granjas y salvarlas de la lava. El rescate de los dos perros podencos también generó expectación y los albergues están casi al límite de sus capacidades. Pero hay otro tipo de animales cuyos propietarios también necesitaban salvar: los animales exóticos.
En este caso, las especies rescatadas necesitan unos cuidados especiales y de ellas se está encargando la Fundación Maroparque, un centro de rescate de más de 7.000 metros que se dedica a cuidar y conservar una gran cantidad de especies exóticas. «En estas semanas, han llegado un total de 250 especies«, explica Rayco Díaz, herpetólogo del centro.
Todo tipo de animales exóticos
Han recibido animales de todo tipo «desde pequeños mamíferos, reptiles, cobayas, algunas especies de ardillas y tortugas, agapornis, loros, ninfas o loros de kramer». Esta última es una de las especies prohibidas que han recibido, aunque no la única. Muchas son especies invasoras que está prohibido tener como mascota por el grave daño que podrían hacer al ecosistema.
«Nosotros no tenemos capacidad sancionadora, solo de cuidado para evitar que estas especies se asilvestren en la naturaleza de La Palma y puedan provocar daño. Las autoridades competentes y el Seprona son los que decidirán sobre ellas, aunque creo que muchos de estos propietarios ya saben que no las van a recuperar», dice Díaz sobre esta cuestión.
Gran gasto de mantenimiento
Este tipo de animales exóticos necesitan unos cuidados especiales y eso implica un mayor gasto económico. Rayco Díaz explica que ya se encuentran en una situación económica muy complicada. «Solo de mantenimiento en el que entra calefacción, alimentación y medicinas, entre otros gastos, ya nos cuesta una media de 8.000 euros al mes«, explica el herpetólogo.
Además, indica que son 3 empleados y uno de ellos va a tener que pasar al ERTE por la falta de presupuesto. «El asesor de la Fundación ya está tramitando los escritos para solicitar ayudas al Ayuntamiento y al Cabildo porque estamos a 0 y el dinero de las ayudas por el coronavirus ya se gastó», añade.
Como explica, Díaz, ellos se encuentran en la otra parte de la isla, en la que se está haciendo vida prácticamente normal. Sin embargo, no reciben apenas visitantes ya que la gente vive con la incertidumbre de si va a tener que coger el coche para ayudar a un familiar o amigo y con el miedo de que se abra otra boca en este extremo de la isla: «La gente de La Palma prefiere pasar su tiempo libre en casa y tampoco tenemos turismo».
Comida para meses
Rayco Díaz calcula que un 90% de los animales que han acogido se van a quedar finalmente en el centro porque sus propietarios ya no se van a poder hacer cargo. A esos animales rescatados, se les suman los 500 que ya tenían en sus instalaciones.
Como curiosidad, cuenta que este jueves uno de los seísmos que afectan a la isla, se notó también en el lugar en el que está ubicada la Fundación Maroparque. «Unos minutos antes todos se quedaron callados, dejaron de cantar y de hacer lo que estuvieran haciendo. Parece que se anticiparon e incluso lo sintieron antes de que ocurriera», explica.
Ahora, deben hacen frente la situación que les queda por delante y también piden ayuda y colaboración a la población. «De momento, nos queda comida para unos meses«, sentencia.