Toñi, Miriam y Desirée, las 3 jóvenes asesinadas en el triple crimen de Alcàsser. Ahora la jueza que lleva el caso ha ordenado al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid que analice más de 50 pelos descartados en los estudios genéticos realizados en la década de los 90 antes del juicio contra Miguel Ricart.
Elisa Fort, la magistrada que lleva el caso, insta a los biólogos a practicar las analíticas necesarias para extraer los perfiles de ADN, unas pruebas que permitirían llevar a juicio a Antonio Anglés, en el caso de que estuviera vivo, antes de 14 de diciembre de 2029, fecha en la que prescribe el crimen.
Acusación particular
La Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, solicitó nuevas investigaciones en el caso. «Hasta la fecha de hoy no existen indicios forenses que vinculen a Anglés con el crimen, y las ciencias forenses en la actualidad pudieran salvar este escoyo», afirma el perito judicial y presidente de Laxshmi, Félix Ríos, en un escrito remitido a la jueza.
Según fuentes del Instituto Nacional de Toxicología, los pelos fueron descartados para el estudio genético en su momento tras realizar una selección en el laboratorio en función de su estado (si estaban cortados o tenían raíz) y las técnicas de extracción.
Los cabellos encontrados en las niñas en no correspondían a un mismo número de asesinos, según los peritos que declararon en 1997, y afirmaron que en los cuerpos pudo haber hasta una docena de pelos.
La Guardia Civil recogió estos cabellos y vellos en el interior de la fosa, dos colchones, dos guantes de apicultor y un jersey de una de las niñas asesinadas.
Según Ríos, numerosas pruebas relacionadas con cabellos y vellos no se practicaron en el pasado «por no considerarse de importancia, o se realizaron con las limitaciones lógicas de la época, pero a fecha de hoy podrían aportar datos importantes de cara a corroborar la participación de Anglés y arrojar luz sobre otras circunstancias que rodearon el caso».