última edición del Tour de Francia quedó marcada la imagen de una aficionada francesa que provocaba una caída masiva de ciclistas al interponerse en el camino del pelotón agitando una pancarta en la que se podía leer en francés: «Vamos, abuelo y abuela». Será juzgada este jueves en un tribunal de Brest por las lesiones causadas a los corredores de la ronda francesa.
Después del accidente a 45 kilómetros del final de la etapa, la aficionada francesa huyó del lugar. Tras ser declarada en búsqueda y captura, la espectadora acabó entregándose a la policía del lugar. Se le ha acusado de «poner en peligro la vida de las personas» y también de «lesiones no intencionadas» a los corredores del Tour. Y se enfrenta a un año de cárcel y hasta 15.000 euros de multa. Después de ser interrogada por el fiscal, la mujer reconocía «sentirse muy avergonzada» por lo sucedido, según el mismo diario.
Finalmente, el Tour de Francia decidió por no tomar acciones legales contra la mujer. No obstante, la Asociación de Ciclistas Profesionales sí que ha decidido poner una demanda.
En consecuencia a su acción, la cual fue grabada a la perfección por las cámaras de la competición, muchos ciclistas sufrieron heridas y algunos, como el corredor español de Movistar Team, Marc Soler, tuvieron que retirarse lesionados de la etapa.