Tagoro, al sur de la isla de El Hierro, sería un excelente punto de partida para acceder a nuevos compuestos y enzimas con potencial para aplicaciones farmacéuticas e industriales.
El estudio llamado «Bioprospección de microbiota marina antiproliferativa del volcán submarino Tagoro» lo han publicado investigadores de distintos centros científicos en la revista «Frontiers in Marine Science».
El estudio ha sido liderado por la investigadora Ana Raquel Díaz-Marrero en colaboración con un equipo multidisciplinar de científicos del Instituto Universitario de Bio-Orgánica “Antonio González” (IUBO) de la Universidad de La Laguna (ULL), el departamento de Bioquímica, Microbiología, Biología Celular y Genética del mismo centro y el Centro Oceanográfico de Canarias, Instituto Español de Oceanografía (IEO), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El estudio
El 10 de octubre de 2011, en la Reserva Marina La Restinga-El Mar de Las Calmas, una erupción submarina dio lugar a un nuevo volcán submarino poco profundo a 1,8 kilómetros al sur de El Hierro, en Canarias.
De esta forma los primeros seis meses se produjeron una serie de perturbaciones físico-químicas extremas, como cambios térmicos, acidificación del agua, desoxigenación y enriquecimiento en metales que generaron alteraciones significativas del ecosistema marino, explica Ana Raquel Díaz-Marrero.
Después de marzo de 2012, el volcán submarino Tagoro entró en una fase hidrotermal activa que involucró liberación de calor, gases, metales y micronutrientes inorgánicos que continúa hasta la actualidad.
«Estudios previos que muestran la relevancia farmacológica de los microorganismos marinos nos impulsaron a evaluar las propiedades antiproliferativas de 33 cepas bacterianas seleccionadas entre las aisladas de las muestras ambientales del volcán submarino Tagoro frente a líneas celulares de tumores sólidos humanos», añade la investigadora Ana Raquel Díaz.