Navalny asegura sufrir en prisión una «violencia psicológica» digna de «un campo de reeducación chino»

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Alexéi Navalny ha denunciado en un entrevista con el ‘New York Times’ publicada este miércoles que desde la prisión en la que se encuentra desde el pasado mes de marzo sufre «una violencia psicológica» constante, más propia de un «campo de trabajo y reeducación chino».

Navalny, que estuvo apunto de morir en agosto de 2020 durante un vuelo a Siberia tras un intento de envenenamiento, denuncia que los carceleros rusos vigilan sus movimientos en todo momento, que hay cámaras en cada rincón de la cárcel y que los presos son obligados a caminar en fila.

El opositor, envenenado hace justo un año con un agente nervioso, asegura asimismo que en la cárcel, donde cumple una pena de dos años y medio, existe entre los reclusos una «cultura de la denuncia».

La salud de Navalny, según aseguran desde su círculo de amistades y familia, ha empeorado desde que entró en esta prisión, ubicada en Pokrov (a unos 100 km al este de Moscú) y conocida por numerosas denuncias de abusos y torturas. El opositor, al igual que gran parte de la opinión internacional, culpa al presidente ruso Vladimir Putin de ordenar su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).

Privación del sueño

En su primera entrevista desde que entró en prisión en enero, Navalny, de 45 años, cuenta que le obligan a ver películas de propaganda pro-rusa y que, durante sus primeras semanas, los guardias se turnaban para impedirle dormir por las noches. «Ahora entiendo por qué la privación del sueño es una de las torturas preferidas de los servicios secretos: no deja marcas físicas, como los golpes, y es insoportable», explica.

Pese a todo, según el ‘New York Times’, el opositor ruso se muestra «optimista». «El régimen de Putin es un accidente de la Historia, no es inevitable», señala. «Es un error que será reparado tarde o temprano y Rusia se unirá a una vía de desarrollo democrática y europea», augura.