Las Kellys denuncian el estado en el que se encuentran algunas habitaciones y reclaman más derechos laborales

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El trabajo de las camareras de piso, más conocidas como Kellys, a veces es invisible para algunos turistas. Se han llegado a encontrar habitaciones de hotel en un estado lamentable y, por ello, han querido compartir esas imágenes para pedir más concienciación por parte de los turistas y más derechos laborales.

Tienen que limpiar habitaciones donde el civismo brilla por su ausencia y por 1.000 euros al mes en el mejor de los casos. Les obligan a limpiar entre 25 y 27 habitaciones en 6 horas. Según los sindicatos, deberían limpiar entre 15 o 20 porque además ahora tienen que desinfectarlas. Además, se está dando un hecho insólito porque en pleno mes de agosto en Benidorm los hoteles están buscando camareras de piso porque las Kellys no pueden más.

Restos de comida, mascarillas, toallas, pañales tirados… «Lo único que te apetece es cerrar la puerta y salir corriendo», confiesa Yolanda García, portavoz de las Kellys en Benidorm, sobre lo que piensan cuando entran a una de estas habitaciones.

Se encuentran un completo desastre que las camareras de piso como Yolanda y Rocío tienen que hacer frente día a día. «Hay que tener un poquito de sensibilidad porque detrás de esas habitaciones limpias, hay una persona que las deja limpias», dice Rocío Fernández, de la Asociación ‘Las Kellys Benidorm’.

Piden mejores condiciones

Están desbordadas y aseguran que imágenes de habitaciones totalmente sucias y desordenadas no son algo excepcional. «Somos humanas, no somos burros de carga. Estamos muy cansadas», denuncian.

Tan cansadas que solo libran un día por semana. «Si hemos perdido nosotros que pierdan los empresarios, que empiecen desde cero. Ahora a remontar que es lo que toca», dicen.

A la limpieza habitual se suma el protocolo covid. No llegan a todo el trabajo y solicitan más personal. «Se han acostumbrado a que las camareras tiremos con todo, a que las camareras terminemos medio rotas de cansancio y lesiones derivadas de esa carga de trabajo», explican.

Benidorm espera a los turistas pero las Kellys piden «que la gente vea que detrás de una habitación limpia hay una trabajadora«. Que los turistas lleguen con responsabilidad.