Gobierno alemán tendrá que vacunar de nuevo contra el coronavirus a cerca de 8.500 personas después de que se les inoculara una solución salina en lugar de la dosis correspondiente de los sueros.
Los hechos se produjeron en la localidad de Schortens, en el estado de Baja Sajonia, al norte del país, entre el 5 de marzo y el 20 de abril en un centro de vacunación de la localidad. En principio, se pensaba que la enfermera que lo llevó a cabo sólo lo había hecho a poco más de una decena de personas, pero las autoridades alemanas ya cifran en 8.500 los posibles afectados.
La mayoría de los afectados son personas de 70 años, ya que esa era la franja de edad a la que le correspondía vacunarse en aquellas fechas.
La investigación ya está abierta
La policía del distrito de Frisia ya ha abierto una investigación, según ha informado el medio alemán ‘NDR’, y la principal hipótesis apunta por ahora a un motivo político.
La enfermera que habría inoculado todas estas inyecciones con una disolución salina en lugar de la vacuna contra el coronavirus, se estima que unas 10.000, había compartido contenidos antivacunas en sus redes sociales, además de que había criticado las políticas de la Canciller alemana, Angela Merkel.
Las autoridades alemanas llaman constantemente a la población a que se vacune contra la COVID-19, más aún después de este suceso.
Falsedad documental
Se estima que los afectados puedan rondar los 8.500, pero «el hecho es que no sabemos cuántos de ellos no están vacunados o solo están parcialmente vacunados», como aseguró este pasado martes Heiger Scholz, el jefe del equipo de crisis contra el coronavirus de Baja Sajonia.
La enfermera acusada de tales hechos también se la investiga por una posible manipulación documental de varios certificados covid de vacunación.