no se van a ir de vacaciones. La crisis económica generada por la pandemia obliga a los propietarios de muchos pequeños negocios a mantener sus puertas abiertas para intentar remontar las pérdidas que han sufrido durante estos meses. Pero no toda la culpa es del coronavirus. Los salarios demasiados bajos, la alta tasa de paro…todo suma. Actualmente, en la Unión Europea hay más de 35 millones de personas que no se pueden permitir ni siquiera una semana de desconexión fuera de casa y casi 5 millones son españoles.
La hostelería, una de las grandes afectadas por la pandemia, ve el verano como un momento de recuperación porque la gente sale más. Son conscientes de que no serán capaces de recuperarlo todo, pero esperan generar algunos ingresos que les ayude a salir a flote y eso significa no colgar el cartel de ‘cerrado por vacaciones’.
ERTES o un único sueldo en casa
Hay muchas personas que aún siguen en ERTE y ha agotado todos sus ahorros o familias con varios hijos y un único sueldo. Es el caso de Melisa que, aunque está en la playa, no está de vacaciones. Este verano se quedan en casa por motivos económicos: «Nos podemos movernos porque costaría muchísimo dinero. Ahora mismo solo trabajo yo«.
Los pensionistas son otros de los grandes afectados. Loli una de ellas, confiesa Antena 3 Noticias que «la cosa está fastidiada». E incluso para aquellas unidades familiares en la que ambos trabajan tampoco pueden permitirse salir fuera de casa. Los sueldos son muy bajos y el poco dinero que ganan, lo invierten en sus hijos. Empleos precarios, contratos temporales…estas situaciones no permiten que el verano de para más.