El Alvia 04155 salía de Madrid a las 15h y tenía su llegada prevista a Ferrol a las 22.30h. Pero nunca llegó a su destino. Eran las 08:40h cuando el tren descarrió en una curva cerrada a la altura de Angrois, un barrio de Compostela, a escasos metros de su llegada a la estación de Santiago. Los vecinos se alarmaron al escuchar una gran explosión. Alguno hasta pensó en la posibilidad de que se hubiese producido un atentado terrorista. Pero nada más lejos de la realidad. Al desviar la mirada cara las vías del tren ya se podía divisar como uno de los vagones del Alvia había «saltado por los aires» más de seis metros desplomándose encima de un talud y desplazándose unos 15 metros de la vía. Pocos minutos después, decenas de personas bajaban hasta el lugar del accidente para ayudar a sacar a los viajeros atrapados en los vagones y con mantas para taparlos. No tardaron en llegar los equipos de emergencia y los bomberos, que tuvieron que sofocar de inmediato un incendio producido en uno de los vagones, además de un dispositivo de 320 agentes de la Policía Nacional, encargada de coordinar el operativo.
El maquinista del tren, Francisco José Garzón y el exdirector de seguridad de circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, fueron los imputados como presuntos responsables de 80 homicidios y 144 delitos de lesiones por imprudencia profesional grave. El magistrado Andrés Lago Louro, juez que instruyó la causa por el descarrilamiento del 2013 ordenó en un auto dictado el pasado miércoles 21 de julio de 2021 la apertura del juicio oral contra ellos. La fiscalía pide cuatro años de cárcel para ambos y su inhabilitación. El juicio se llevará a cabo en el Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago previsiblemente a principios del año 2022 y cuya fecha exacta es difícil de determinar. Además, a los dos acusados se les pide una fianza de más de 57,6 millones de euros, cuya responsabilidad corre a cargo de las aseguradoras e o las entidades públicas, Renfe y ADIF.
«Años esperando por la verdad oculta»
Las víctimas de la catástrofe y familiares de los fallecidos llevan años esperando una investigación que desvele la causa real del descarrilamiento, y para luchar juntos y «exigir la verdad y la justicia y denunciar a todas las instituciones, partidos políticos, empresas o personas que obstaculizan y ocultan a los responsables», pues consideran que los dos acusados no son los únicos responsables. Para su lucha crearon dos meses después del trágico accidente una plataforma llamada Asociación Plataforma Víctimas Alvia 04155 que sigue viva y activa a día de hoy. De hecho, este fin de semana conmemoran el octavo aniversario con diferentes actividades, encabezadas con una manifestación convocada para la mañana del sábado 24 de julio desde la estación de tren hasta la Praza do Obradoiro, donde leerán un manifiesto. Y por la tarde, una misa en recuerdo a todas las víctimas.
«Un árbol por cada víctima»
En estos 8 años fueron muchas las muestras de cariño y solidaridad recordando a las víctimas del Alvia. Una de ellas ha sido la creación del ‘Jardín del recuerdo’, un espacio natural de 7.200 m2 cedido por el propietario del Pazo do Faramello en la parroquia de Rois, cerca de Santiago, en el cual se plantó un árbol por cada víctima del accidente y se colocó una placa conmemorativa con todos los nombres de los fallecidos. La especie escogida fue el árbol del amor, con sus características hojas en forma de corazón. Pero en el Jardín del recuerdo lucen también azaleas y hortensias. En él se reúnen, cada 25 de julio todos los familiares de las víctimas, y también los supervivientes, que recuerdan aquel día como un auténtico infierno.