la pena de muerte activa en su código penal. Sierra Leona celebra un día histórico tras aprobarse por mayoría en el parlamento la abolición del castigo por pena de muerte en el país. Fue una de las primeras promesas que hizo su presidente, Julius Maada Bio, al jurar cargo y, finalmente, ha conseguido sacar hacia delante lo que se llevaba años luchando desde las principales organizaciones que defienden los derechos humanos.
La pena capital será reemplazada por la cadena perpetua o una un castigo máximo de 30 años de prisión para los delitos más graves. El presidente ha agradecido a los ciudadanos y miembros del Parlamento «que estuvieran firmes junto a nosotros para hacer historia». Supone un gran avance en cuestiones de derechos humanos en un país sumergido en la pobreza que arrastra desde la guerra civil que duró más de diez años y se cobró la vida de unas 120.000 personas entre 1991 y 2002.
39 personas condenadas a pena capital en 2020
Aunque las últimas condenas a muerte se remontan a más de veinte años atrás, Sierra Leona ha sido muy criticada con regularidad por diversas organizaciones que defienden los derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW) porque aunque no se llegaban a realizar, sí se seguían emitiendo dichos castigos. Según los datos que maneja Amnistía Internacional, solo en 2020 se condenaron a pena capital a 39 personas.
Sierra Leona se suma así a otros países africanos, como Chad o Malaui, que en abril de 2020 y en ese mismo mes del 2021, respectivamente, también abolieron la pena de muerte.
El Fiscal General y ministro de Justicia del país, Anthony Brewah, ha admitido que varias personas fueron condenadas a este castigo y, una vez ejecutadas, se demostró que no eran culpables de los delitos. Por ese motivo, y por muchos otros, se trataba de una modificación en el código penal de carácter urgente que Maada Bio ha conseguido lleva a cabo.