Los ecologistas andaluces se están movilizando contra los parques solares, con los pájaros silvestre como argumento. Han hecho llegar a los comisarios europeos de Agricultura y de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, un informe proteccionista, centrado sobre el aguilucho cenizo y las campiñas cordobesas pero con reflexiones mucho más amplias. Es significativo que, además de la consabida lucha contra los productos fitosanitarios, hayan mostrado su preocupación por los megaparques fotovoltaicos “que van a propiciar la pérdida de suelo fértil”.
Los firmantes de esta iniciativa (PCAEH y la Fundación Savia) abogan por las fuentes de energía renovable pero no de cualquier forma, por lo que proponen “avanzar hacia las comunidades energéticas, consumir la energía en lugares cercanos a los que se produce, no enfrentar el desarrollo de las energías renovables al sector primario, mejorar la competitividad y la calidad de vida del medio rural tiene que estar entre los objetivos prioritarios en el desarrollo de estas tecnologías”.
Emplazamientos elegidos por la facilidad para la evacuación de la electricidad
Aunque la redacción del texto es manifiestamente mejorable, resulta lo bastante claro como diagnóstico de la actual coyuntura. En su carta a los comisarios europeos, subrayan que “estamos teniendo noticias de parques fotovoltaicos que van a ocupar, ininterrumpidamente más de 800 hectáreas, y son más de dos decenas de este tipo de los que tenemos noticia. Decidiéndose la ubicación de los mismos por una cuestión de fácil evacuación de la energía producida. Su instalación supondría la pérdida de algunas de las fincas más fértiles disponibles. Utilizando el territorio para llevar la energía producida a lugares alejados de donde se genera”.