Se instalarán cajetines en ciertos puntos de la ciudad por los que irá rotando, al menos, un radar fijo, al que se sumarán dos portátiles, que llevará la Policía Local
El apaciguamiento de la velocidad en las calles de la ciudad se ha convertido para el Ayuntamiento de Cuenca en un elemento irrenunciable para avanzar hacia una movilidad más sostenible, que lleve consigo una mejor convivencia entre peatones, coches, bicicletas y vehículos de movilidad personal (VMP), como patinetes, segways, etc.
Para ello, desde la Concejalía de Movilidad, que lidera Adrián Martínez, se está trabajando en una estrategia muy concreta, que contempla, entre otras líneas de acción para esa reducción de la velocidad, la puesta en servicio en la ciudad de varios radares, tanto fijos como portátiles. Elementos que, tal y como ha aclarado el edil, pretenden ser instrumentos que disuadan a los conductores de infringir los límites de velocidad y, al fin y al cabo, recordarles que hay que cumplir una normativa.
Las previsiones iniciales del Consistorio apuntan a que estos nuevos radares sean una realidad a partir de septiembre u octubre y en todo caso estén en funcionamiento en este año.
Entre tanto, la Policía Local de Cuenca está realizando un estudio pormenorizado de la ciudad para determinar cuáles son las zonas a tener en cuenta para la instalación de los radares.
En este sentido, el jefe de la Policía Local, Vidal Tejeda, asegura que inicialmente se contempla la adquisición de, al menos, un radar fijo-movible y otros dos portátiles, con los que se pretende cubrir las necesidades para garantizar el cumplimiento de los límites de velocidad en las calles de la ciudad, que, como ha recordado, se han reducido desde el pasado 11 de mayo, predominando el máximo de 30 kilómetros por hora en la gran mayoría de las vías.
Espera que los dos radares portátiles vayan a ser de tipo veloláser, similares a los que llevan los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, por tratarse de unos dispositivos muy manejables y versátiles que se pueden colocar tanto sobre un trípode como enganchar en cualquier otro tipo de soportes. Éstos los llevará la Policía Local y se instalarán puntualmente en aquellas zonas de la ciudad en las que se hayan detectado problemas de velocidad o inseguridad vial.
En cuanto al radar fijo, el jefe de la Policía Local de Cuenca indica que la intención inicial pasa por adquirir, al menos, uno, aunque no se descarta que finalmente puedan ser dos. Independientemente de ello, la intención inicial pasa por la instalación de varios cajetines distribuidos por diversos puntos de la ciudad, por los que irá rotando el radar, de tal manera que el conductor no tenga nunca la certeza de si está o no el radar en el interior del cajetín y, en consecuencia, opte por respetar el límite de velocidad ante la duda.
Eso sí, Tejeda deja claro que todas estas zonas estarán debidamente señalizadas como zonas controladas por radar, puesto que “su utilización no tiene, por supuesto, un afán recaudatorio; todo lo contrario, lo que se pretende con su puesta en servicio es disuadir al conductor de incumplir con los límites de velocidad establecidos, porque puede ser sancionado”.Las zonas con radares estarán señalizadas con el fin de disuadir al conductor
La Policía Local todavía no ha determinado cuáles van a ser las ubicaciones definitivas de estos cajetines, aunque, en todo caso, tienen claro que “se tratará de vías con alto grado de accidentalidad o simplemente con percepción ciudadana de inseguridad vial”, tal y como subraya Tejeda. Es por ello que las distintas entradas a la ciudad sean a priori susceptibles de albergar estos dispositivos, a tratarse de unos tramos de transición entre vías de alta velocidad, como por ejemplo la A-40, y el casco urbano.
“Hablamos de que el conductor viene de una vía rápida y en cuestión de un kilómetro o menos, entra en un casco urbano y debe reducir la velocidad de 100 o 120 kilómetros por hora a 50 o 30, y aquí funciona mucho la percepción psicológica del conductor, que puede no tener sensación de ir tan rápido después de haber reducido su velocidad a la mitad (60 km/h), aunque en realidad esté circulando por encima del límite establecido en la ciudad; es decir, hay que activar la atención del conductor sobre el dominio de su vehículo y ahí juega un papel fundamental los radares, tanto fijos como informativos”, dice.
De ahí que se baraje desde la avenida Juan Carlos I y Hermanos Becerril hasta Reyes Católicos y República Argentina. A estas posibles ubicaciones habría que sumar otras vías conflictivas que se prestan a circular a mucha velocidad, sobre todo por la noche, como pueden ser avenida de la Música Española o Francisco Suay, en Villa Román IV.
La estrategia municipal de movilidad sostenible se notará ya este verano
El concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Cuenca, Adrián Martínez, lo tiene claro y ya este verano los ciudadanos de la capital comenzarán a notar ese necesario avance hacia una movilidad más sostenible en las calles de la capital, donde ganen presencia, de una manera ordenada, medios de transporte como la bicicleta, el patinete, el overboard o el segway. Varias líneas de actuación enmarcadas en una única estrategia municipal, entre las que se encuentra, por ejemplo, la futura ordenanza municipal para la regulación de la utilización de los vehículos de movilidad personal (VMP), que, según el concejal de Movilidad, Adrián Martínez, ya se está ultimando.
Asimismo, tras la entrada en vigor el pasado 11 de mayo de los nuevos límites de velocidad en vías urbanas fijados por la Dirección general de Tráfico (DGT), el Ayuntamiento conquense va a ir más allá y a los 30 kilómetros por hora establecidos como máximo en la gran mayoría de las calles de la capital, está estudiando reducir 20 km/h todo el Casco Antiguo, sobre todo, por la inexistencia de una delimitación física de carriles o la escasa altura de las aceras en otros puntos, como en las calles San Pedro o Trabuco. Y es que desde esta Concejalía se considera fundamental esa reducción generalizada de la velocidad permitida en las calles de la ciudad para dar paso a esta deseada movilidad sostenible.
Reducción real de la velocidad del tráfico rodado que no solo se persigue con la futura puesta en marcha de radares fijos y portátiles, sino también con otras medidas, como por ejemplo, la próxima instalación de un radar informativo en la avenida República Argentina, en el entorno del Colegio Fray Luis de León, una vez se actualice su software. Este dispositivo, tal y como subraya Martínez, permitirá al conductor saber, a través de una pantalla instalada en ese punto, a qué velocidad iba circulando, sin que se le vaya a sancionar en caso de superar el límite establecido.
Otra medida barajada por esta concejalía en esta línea pasa por aprovechar el repintado de la señalización horizontal de algunas vías de la ciudad para reducir el ancho del carril, ya que “está demostrado que cuando el conductor denota que el carril es más estrecho, baja automáticamente la velocidad”, detalla.
Esta estrategia municipal de movilidad sostenible se completa con la habilitación de carriles-bici y ciclocarriles, En este sentido, el concejal de Movilidad explica que próximamente se ejecutarán dos de los proyectos de los Presupuestos Participativos en esta línea.
La Junta de Gobierno Local aprobada hace unas semanas los pliegos de condiciones para la contratación de estos proyectos, que tienen por objeto intentar interconectar mediante una red de ciclocarriles y carriles-bici edificios administrativos con puntos de interés de la ciudad, centros educativos y centros sanitarios. En concreto, contempla “cerrar el anillo desde el carril-bici de Ronda Oeste para continuar por avenida Juan Carlos I, Hermanos Becerril, Republica Argentina, etc.”, tal y como ha hecho hincapié el concejal del área.