Las vacunas contra el coronavirus son el mayor avance que hemos tenido para encaminarnos hacia el fin de la pandemia. Aunque ese fin todavía está lejos.
Como las vacunas no previenen la totalidad de las infecciones también es importante considerar otras medidas de prevención, como no dejar de usar las mascarillas o cubrebocas.
El COVID-19 ha probado ser una enfermedad compleja y ha sido complicado encontrar un tratamiento eficaz.
Por esa razón también se ha estudiado la correlación que pueden tener otros factores: de salud, ambientales e incluso de alimentación, en el desenlace que puede tener.
Coronavirus y verduras
Un estudio reciente muestra que puede haber una correlación entre la forma en que nos alimentamos y el desenlace de una infección por coronavirus.
Los resultados de esta investigación se publicaron en la revista especializada en medicina y nutrición BMJ Nutrition Prevention & Health.
El estudio se hizo con 2,800 voluntarios de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y EE. UU., países que, como sabemos, tuvieron altas tasas de contagio de COVID-19.
Los participantes eran además personal de salud, en la primera línea de atención contra el coronavirus, así que tenían más posibilidades de contagiarse, tal como pasó con el 20% de ellos.
Todos estos voluntarios, los que enfermaron y los que no, contestaron un cuestionario para indicar qué tipo de alimentos incluían de forma común en su dieta diaria.
Así se encontró que, entre quienes llevaban una dieta en la que incluían más verduras, hubo menos cuadros graves de COVID-19.
No previene que te enfermes
Esta correlación entre dieta y menor infección, fue más marcada para quienes llevaban una dieta completamente vegetariana: es decir quienes no consumen ningún tipo de carne, ni siquiera pescados.
El estudio en cuestión mostró que los vegetarianos tuvieron 73% menos posibilidades de tener un cuadro grave de COVID-19.
Quienes llevaban una dieta pescetariana: de verduras y pescado, también mostraron menos probabilidades de agravarse.
Esta comparación se hizo respecto a quienes llevaban dietas que incluían muchas proteínas de origen animal: especialmente carnes rojas.
Los autores del estudio señalan que, dado que su muestra es pequeña, estos resultados no deben generalizarse, sino que deben tomarse como una correlación interesante.
La importancia de la alimentación
Los investigadores involucrados también indican que no tienen una respuesta clara al mecanismo que alimentarse con más verduras, pueda terminar protegiendo contra el COVID-19 grave.
Las pistas podrían estar quizá en que el coronavirus causa una enfermedad que, además de atacar las vías respiratorias, daña al sistema circulatorio.
Sabemos que consumir cinco porciones diarias de frutas y verduras disminuye 12% el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, además de también hace 35% menos probable tener una enfermedad respiratoria grave.
Las frutas y las verduras, además de tener carbohidratos en forma de fibra y azúcares, tienen muchos micronutrientes.
Entre ellos están compuestos que han mostrado ser antioxidantes: como los polifenoles y vitaminas como la A o la C.
Es por eso que quizá comer frutas y verduras, se relaciona con un pronóstico más favorable si enfermas por coronavirus.
Sea para protegernos del coronavirus o no, tenemos muchas pruebas de que una alimentación saludable aunque no sea exclusivamente vegetariana, debe incluir una buena cantidad de frutas y verduras: así que estos nuevos hallazgos pueden servirnos como aliciente para seguir en ese camino o cambiar nuestros hábitos.