Esta técnica se probará pronto en Dubai
La lluvia es algo común en nuestro planeta, pero no en todos los lugares: hay regiones en las que la humedad del ambiente es más escasa y por lo tanto llueve menos, como en los desiertos.
Y aunque las observaciones de las condiciones atmosféricas de una zona nos permiten predecir el tiempo en ese lugar, en general no tenemos control para cambiarlo: por ejemplo, no podemos hacer que haya más o menos lluvia.
Sin embargo, desde hace algunas décadas se estudian técnicas experimentales que buscan ese control.
Siembra de nubes
La siembra de nubes consiste en técnicas fisicoquímicas, que buscan conseguir que haya más precipitaciones en una región.
Aunque el nombre indica que con esto se podrían poner nubes en algún lugar, en realidad se trata más bien en un proceso que modifica nubes ya existentes.
Es decir que para obtener lluvias en una zona, esta no puede carecer de humedad: al menos en capas altas de la atmósfera debe existir una cierta cantidad de agua condensada.
Pero incluso aunque haya nubes, a veces no llueve en un lugar porque en ellas no existe la suficiente cantidad de agua para formar gotas o cristales de hielo, que se precipiten al suelo.
Así que lo que se busca es hacer que las gotas de agua o diminutos cristales de hielo, de esas tenues nubes, formen agrupaciones más grandes para que llueva.
Para esto se pueden usar materiales muy fríos, como hielo seco, que favorece la condensación, o también sustancias sólidas como el yoduro de plata, cuyos cristales tienen un tamaño adecuado para que se formen capas de hielo a su alrededor.
Cosecha de nubes
Estas técnicas para sembrar nubes se utilizan en países como EE. UU., China e Israel.
Sin embargo, todavía no tenemos del todo clara la efectividad: es decir no conocemos exactamente relación causa-efecto que tiene el usar una de estas técnicas en cuánta precipitación se obtiene en una región.
O al menos no conocemos del todo su eficiencia: tal vez se logra aumentar la cantidad de lluvia, pero no sabemos en qué medida.
Así que se siguen explorando alternativas para modificar las precipitaciones de una región.
Recientemente se ha comenzado a evaluar la factibilidad de usar partículas cargadas para conseguir más lluvia.
Un grupo de investigadores en meteorología, encontró que cuando las nubes tienen cargas eléctricas positivas o negativas, como pasa en las tormentas eléctricas, es más probable que se formen gotas más grandes dentro de ellas.
Drones para controlar la lluvia
Estos científicos, de las universidades británicas de Reading y Bath, propusieron un método de siembra de nubes en el que se generan cargas eléctricas en las nubes para favorecer el proceso de crecimiento de gotas.
Para acercar esas cargas eléctricas a las nubes, los investigadores diseñaron y construyeron drones de dos metros, que llevan a bordo dispositivos que generan altos voltajes.
Con eso se emiten cargas eléctricas al ambiente, lo que hace que dentro de las nubes las gotas de agua adquieran cargas positivas o negativas.
El sistema ya tuvo algunas pruebas en Reino Unido y Finlandia, pero próximamente mostrará su eficiencia, en condiciones atmosféricas realmente secas.
Estos drones, que generan descargas eléctricas, se encuentran ahora en los Emiratos Árabes Unidos, específicamente en Dubái.
Ahí se realizarán experimentos, en cuanto haya condiciones meteorológicas adecuadas: es decir que haya algunas nubes, para poder electrizarlas.
Sin duda será muy interesante conocer los resultados.