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La creación de empresas en Castilla-La Mancha registró un fuerte retroceso durante el pasado mes de febrero, con un descenso del 21,4 % interanual, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En total, 243 nuevas sociedades mercantiles fueron constituidas en la región, frente a las 309 del mismo mes del año anterior.

Este descenso refleja una tendencia similar a la observada a nivel nacional, donde la creación de sociedades mercantiles cayó un 20,2 %, hasta situarse en 8.746 nuevas empresas.

Castilla-La Mancha ante el descenso generalizado del emprendimiento

El comportamiento de Castilla-La Mancha en febrero se alinea con la situación registrada en el conjunto de España, aunque con una ligera acentuación del descenso. Este entorno de contracción empresarial podría estar influenciado por varios factores como la inestabilidad económica, el encarecimiento del crédito, o la incertidumbre en sectores clave como la construcción o el comercio.

Además de la bajada en la constitución de empresas, la región también experimentó un movimiento importante en el cierre de sociedades.

Datos sobre disolución de empresas en Castilla-La Mancha

  • 48 empresas disueltas en total
  • 36 de forma voluntaria
  • 5 por fusión
  • 7 por otras causas

Estos datos, aunque todavía no alarmantes, apuntan a un estancamiento del tejido empresarial, especialmente si se comparan con la estabilidad que mostraba la región en años anteriores.

Comparativa nacional: se disuelven más de 2.500 empresas

En todo el país, el número de empresas disueltas aumentó un 0,4 %, alcanzando un total de 2.558 sociedades:

  • 2.103 disoluciones voluntarias
  • 177 por fusión
  • 238 por otros motivos

Esta cifra sugiere una ralentización del dinamismo empresarial, que también se refleja en la menor cantidad de capital invertido en nuevas sociedades.

Disminuye el capital suscrito para nuevas sociedades

Un indicador clave del nivel de confianza de los inversores es el capital suscrito en el momento de la constitución de una empresa. En este apartado, la tendencia también ha sido a la baja tanto en España como en Castilla-La Mancha.

A nivel nacional:

  • Capital total suscrito: 1.935 millones de euros
  • Disminución interanual: –35,3 %
  • Capital medio por empresa: 632.997 euros
  • Descenso respecto a 2024: –36,4 %

En Castilla-La Mancha:

  • Capital suscrito total: 8,832 millones de euros
  • Empresas creadas: 243
  • Capital medio aproximado: 36.337 euros

Estos datos sugieren una reducción en la magnitud de los proyectos empresariales, con menor inversión inicial y, posiblemente, estructuras más modestas.

Actividad por sectores: inmobiliario y construcción lideran

A pesar de la caída global en la creación de empresas, ciertos sectores económicos siguen atrayendo inversión y nuevos proyectos. A nivel nacional, la distribución sectorial fue la siguiente:

  • 18,2 % en inmobiliario, financiero y seguros
  • 15,5 % en comercio
  • 14,5 % en construcción

Estas cifras indican que, aunque haya un contexto adverso, algunos sectores mantienen una atractividad empresarial significativa, especialmente aquellos vinculados a servicios de valor añadido y activos tangibles.

Ligeras señales positivas: aumenta la ampliación de capital

En contraste con la caída generalizada en creación y capitalización de nuevas sociedades, el número de empresas que ampliaron capital creció un 1,7 % interanual, alcanzando 3.057 operaciones a nivel nacional. Esta cifra puede interpretarse como un síntoma de consolidación de negocios existentes, más que de nuevas apuestas empresariales.

Contexto económico y retos para el emprendimiento

El panorama en Castilla-La Mancha invita a una reflexión sobre las políticas de fomento al emprendimiento y las medidas necesarias para reactivar el interés por constituir nuevas empresas en la región.

La bajada en la creación de sociedades, unida a la reducción del capital suscrito y el aumento de las disoluciones, apunta a un descenso de la confianza empresarial. Factores como la inflación, la elevada carga fiscal, o la burocracia administrativa podrían estar jugando un papel determinante en este contexto.

Para revertir esta tendencia, será clave:

  • Reforzar los incentivos fiscales y financieros al emprendimiento
  • Reducir la tramitación burocrática
  • Impulsar la formación empresarial y el acceso a financiación
  • Mejorar la infraestructura digital y logística para nuevas empresas