CIRCUS
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El Carnaval de Puertollano vive una noche inolvidable con letras ingeniosas, crítica social y homenajes a la identidad local en un espectáculo que reafirma el arraigo de esta tradición.

Un espectáculo lleno de ingenio y sentimiento

El Auditorio Pedro Almodóvar se convirtió este sábado en el gran escenario del Carnaval de Puertollano con la esperada muestra de chirigotas y comparsas. Durante casi tres horas, la sátira, la emoción y el ritmo carnavalero se apoderaron del recinto, en un evento donde las letras cargadas de humor, crítica social y referencias a la identidad local hicieron vibrar al público.

Bajo la conducción del periodista Mario Carrero, el espectáculo dio comienzo con la actuación de La Victoria y Los Artistas, una comparsa que combinó la devoción a la Virgen de Gracia, patrona de Puertollano, con un emotivo homenaje a las madres. La carga sentimental de sus coplas logró conmover a los asistentes, marcando el tono de una noche llena de contrastes entre la ironía y la nostalgia.

A lo largo de la velada, los grupos participantes abordaron con agudeza y humor temas de actualidad como las modas juveniles, el impacto de las redes sociales y la proyección del Carnaval de Puertollano más allá de sus fronteras. El repertorio ofreció una mezcla de críticas mordaces y ovaciones, demostrando que el espíritu carnavalero sigue tan vivo como siempre en la ciudad.

Recuerdos, tradición y una gran sorpresa

El momento nostálgico de la noche llegó con la agrupación del Centro de Mayores Margarita Salas, que presentó su espectáculo «Regreso al pasado». A través de un emotivo recorrido por la historia del Carnaval de Puertollano, su actuación fue un homenaje a los mascarones que, en décadas pasadas, dieron color y vida a esta festividad. Su interpretación despertó recuerdos entre los asistentes más veteranos, reforzando la importancia de conservar las raíces de esta celebración.

La gran sorpresa de la noche la protagonizó la Comparsa con Áje, una agrupación de reciente creación que debutó con «Reina anarquista». Su propuesta combinó una impecable conjunción vocal con un vestuario lleno de símbolos de Puertollano, como el jarrillo del agua agria, el monumento al minero y el escudo del Calvo Sotelo. El detalle más llamativo fue la corona en forma de fuente agria, un claro guiño a la identidad y tradiciones de la ciudad, que fue recibido con entusiasmo por el público.

Un cierre de otro planeta

El broche final del espectáculo lo puso la chirigota Vaya Trola, que sorprendió al público con una original puesta en escena en la que sus integrantes, disfrazados de extraterrestres, llevaron la sátira política y social a otro nivel. Sus letras mordaces y referencias a la actualidad local desataron risas y aplausos, cerrando la velada con una energía desbordante.

La muestra de chirigotas y comparsas ha dejado patente, una vez más, el arraigo del Carnaval de Puertollano, que sigue evolucionando sin perder su esencia. El evento no solo ha servido como escaparate para el talento local, sino que ha reforzado el sentimiento de comunidad y la importancia de mantener viva esta tradición año tras año.