Encontraron una forma de detectar los químicos más antiguos que se conocen.
Con el pasó de los años, el avance en las formas de investigación y desarrollo de las tecnologías, los científicos han respondido un montón de preguntas sobre la formación de nuestro planeta. Sin embargo, por mucho que se haya logrado, queda muchísimo más por responder. Incluso, algunos misterios que parecían resueltos ahora generan nuevos datos que hacen ver que existe otra información. Un claro ejemplo de esta afirmación es lo que se pensaba de la corteza continental, la más antigua de las dos principales de la Tierra. La misma, al parecer es mucho más vieja de lo que se teorizaba, y así lo explican los expertos.
En primer lugar, hagamos una breve y general retrospección para adentrarnos todos en el maravilloso mundo del inicio de nuestro hermoso hogar: la Tierra, la única que tenemos, por cierto. Nuestro planeta se formó hace aproximadamente 4605 millones de años. Detallan los científicos que fue a partir de un disco de polvo y gas que orbitaba el Sol también recién formado, en ese momento.
Para ese entonces nuestro mundo no era ni la sombra de lo que conocemos ahora. De hecho, ni siquiera era habitable. Y de serlo, la actividad habría sido muy turbulenta y principalmente mortal para varias generaciones de seres vivientes. Durante esta primera etapa de formación tuvo varias cortezas que se fueron formando gracias a diferentes colisiones con otros cuerpos celestes. Se teoriza que de la primera corteza no queda rastro alguno.
Sin embargo, eso fue necesario para que después se formara toda una corteza de magma, un enfriamiento posterior y así fue surgiendo la corteza continental, mucho antes que la oceánica. Incluso, con los recientes datos de un equipo de la Universidad de Bergen, en Noruega dicen que es más antigua de lo que se pensaba.