Nada se sabe del futuro de Ferrosolar, el proyecto de producción de silicio de calidad solar para placas fotovoltaicas que el gigante mundial Ferroglobe planeaba en Puertollano, salvo dos cosas: que el esqueleto de sus obras, inacabadas y desiertas, languidece en el polígono La Nava, y que el contexto del sector es hostil e incierto.
La compañía en ningún momento ha descartado el proyecto, y de hecho siguen detectándose movimientos en el polígono La Nava que invitan a cierta esperanza, pero el mutismo de los inversores y la prudencia de las autoridades municipales a la hora de pronunciarse han envuelto en un halo de misterio el porvenir de la planta, reducido, por el momento, a una hipótesis digna del futuro imperfecto de indicativo: se hará y funcionará, o al menos eso se supone.
En todo caso en los últimos meses se han producido algunas novedades que permiten marcar los puntos suspensivos en esta historia. El pasado mes de marzo, unos días antes del decreto de estado de alarma, se detectó la actividad de operarios en las obras, un hecho confirmado entonces por la alcaldesa de Puertollano.
En la actualidad, recién instaurada la «nueva normalidad» sanitaria, la actividad prosigue en estas instalaciones de porte catedralicio, donde recientemente se ha instalado incluso un cartel alusivo al préstamo de 45 millones de euros otorgado en 2016 con cargo al Programa Reindus de Fortalecimiento de la Competitividad Industrial.
A escala corporativa también se han producido novedades, entre ellas el nombramiento de Emile Norbert Ollivier Benoit, apoderado de Ferroatlántica, como presidente y consejero delegado de Ferrosolar Opco Group, publicado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil del pasado 20 marzo.
Se trata de indicios que pueden deparar un horizonte más despejado de brumas después de meses de parálisis en un contexto de conflicto sindical e incertidumbre, marcado además por los vaivenes políticos y por la demanda de medidas regulatorias para mitigar los efectos de los costes energéticos sobre los llamados grandes consumidores de energía.
En un primer momento sus responsables admitieron la ralentización de las operaciones en Puertollano por la «situación financiera del grupo» y el precio del silicio en el mercado internacional ante las estrategias comerciales de las compañías asiáticas.
En septiembre se conoció que Ferroglobe, grupo industrial controlado por la familia Villar Mir, estaría buscando socios para desarrollar su planta de silicio en Puertollano tras poner a la venta una participación en FerroSolar Opco, encargada el proyecto, en un contexto de ajuste de producción, mediante la paralización de hornos en plantas de diferentes partes del mundo.
La iniciativa se anunciaba junto al cierre de nuevas desinversiones por parte de Ferroglobe, tras la de Ferroatlántica acometida el pasado mes de junio, y la renegociación de líneas de liquidez.