En el pequeño pueblo de Campisábalos, en la Sierra Norte de Guadalajara, los vecinos que habitan sus casos en invierno apenas alcanzan las 22 personas. En estos meses de pandemia, alguno más ha llegado, para alejarse de los rigurosos confinamientos de las ciudades. Pero los reyes indiscutibles del caserío son los gatos, que triplican en número a los humanos. Esta desproporción preocupa a las autoridades municipales de la localidad que pasa por ser la que tiene el aire más puro de Europa.
Aunque debido a la pandemia la población que reside en este pueblo situado al límite de la provincia con Soria se ha incrementado algo más desde hace meses, el número de gatos supera ya los 70 holgadamente. Triplica así el de sus escasos pobladores, de ahí que desde el Ayuntamiento hayan decidido acudir a una asociación para controlar la presencia de los felinos en el pueblo.
Castración como solución
Para evitar la sobrepoblación de gatos, la citada asociación se hará cargo de su captura y castración, ya que hay algunos vecinos que les dan de comer y como crían entre dos y tres veces al año, si no se controla, el propio alcalde, José María Huete dice que cada vez será más complicado poner freno a esta “plaga”.
Para Huete, se trata claramente de sobrepoblación, a la que quieren poner límite lo antes posible. Se trata de un gasto que va a tener que afrontar el propio Consistorio, con dinero de sus arcas municipales, ya que la normativa actual que hay al respecto contempla el control de este tipo de colonias como una responsabilidad del propio municipio.
“Dicen que no se les eche de comer y la gente les echa”, ha explicado una de las vecinas, que prefiere mantenerse en el anonimato, dado que se trata de un pueblo pequeño en el que todo el mundo se conoce y no quiere problemas con ningún vecino.
La protectora realizará la captura por grupos de doce y, tras castrarlos, los soltarán de nuevo en el pueblo.
“El Ayuntamiento tiene una responsabilidad y debe dar solución a este problema”, ha señalado por su parte el teniente de alcalde, Javier del Palacio, entendiendo todas las posturas pero señalando que este hecho ha ocasionado un perjuicio al Ayuntamiento que ahora es el que se tiene que hacer cargo de castrarlos.
En breve, Mai Entretelas y Entregatos, mediante el método CES, procederá a capturar los gatos, los llevará al veterinario para su esterilización y allí, tras realizarles una marca en la oreja para saber que están esterilizados, los soltarán de nuevo en Campisábalos, pero con la seguridad de que no habrá nuevas camadas.
Desde el Consistorio esperan no tener que crear una ordenanza específica que regule aspectos como la alimentación por parte de los vecinos a estos animales y de momento están barajando una solución “ética, responsable y acorde con la ley”.