Gris o amarillo, ¿en qué contenedor hay que depositar las mascarillas y guantes usados?
Son muchos los que a la hora de acabar una bebida optan por aplastar la lata antes de tirarla a la basura, una práctica que tiene sus ventajas de espacio, pero también puede ser contraproducente cuando se habla de reciclaje.
Si bien es cierto que esta práctica ahorra espacio y que es aconsejable para las botellas de plástico (siempre con el tapón puesto) ya que se trituran mejor, con las latas de aluminio ocurre que se puede dificultar su reciclaje, según señalan desde Popular Science.
Matt Meenan, director de asuntos públicos de Aluminum Association, apunta que las latas que llegan aplastadas a la cadena de reciclaje son más difíciles de clasificar y pueden llegar a contaminar otros materiales reciclables. Una lata completamente aplanada, por ejemplo, podría clasificarse como papel, contaminando así el resto de papeles reciclados.
Todo esto siempre dependerá de la infraestructura de reciclaje que se utilice en tu municipio. Las latas darán problemas en aquellos lugares que usen flujo único, que comienzan en contenedores donde se mezclan todos los materiales reciclables. Si en tu municipio se utiliza el reciclaje de flujo doble o múltiple (separado por contenedores) entonces este problema de las latas debería desaparecer.