La Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) de Guadalajara ha denunciado nuevamente el aumento de ataques de lobos al ganado en la provincia. En la última semana, se han reportado hasta cinco ataques en diferentes localidades, lo que ha generado gran preocupación entre los ganaderos afectados y ha reabierto el debate sobre la convivencia entre la ganadería extensiva y la fauna salvaje, en particular los lobos.
Los ataques recientes
En los últimos días, se han registrado ataques en varias localidades de la provincia, lo que ha dejado un saldo de animales muertos y heridos. En la localidad de Robledo de Corpes, un ataque dejó una oveja muerta, mientras que en Cantalojas, los lobos acabaron con dos terneros. Por otro lado, en Arbancón, localidad en la que no se habían registrado ataques de este tipo anteriormente, el saldo ha sido más grave: dos ovejas muertas y tres heridas por mordeduras.
Los ganaderos afectados por estos ataques no solo lamentan la pérdida directa de animales, sino que también prevén consecuencias a largo plazo. Según han indicado, muchas de las ovejas que han sobrevivido podrían abortar, otras no se cubrirán para la reproducción, lo que afectará la producción del rebaño y generará pérdidas económicas significativas durante este año.
El impacto en la ganadería extensiva
La ganadería extensiva, un modelo de producción en el que los animales pastan libremente en grandes extensiones de terreno, es una práctica común en muchas zonas rurales de España, incluida Guadalajara. Sin embargo, esta forma de ganadería se enfrenta a un problema creciente: la interacción con lobos que habitan en estas zonas y que, en busca de alimento, atacan a los rebaños.
Los ataques de lobos no son un problema nuevo, pero en los últimos años se ha intensificado el debate en torno a la convivencia entre la fauna salvaje y los sectores productivos, en particular la ganadería. En regiones como Castilla-La Mancha, donde los lobos han recuperado su presencia en varias áreas, las tensiones entre los ganaderos y las autoridades responsables de la conservación de los lobos se han agudizado.
Desde la APAG, se ha insistido en que los ganaderos son quienes están pagando el precio más alto de la conservación del lobo. No solo deben enfrentar la pérdida de animales y el impacto económico que esto conlleva, sino que también se ven inmersos en un conflicto cada vez más tenso con las autoridades y los grupos conservacionistas.
Declaraciones de Juan José Laso, presidente de APAG
En la reciente Feria de Ganado de Cantalojas, el presidente de la APAG, Juan José Laso, dejó clara su postura ante esta problemática. Según Laso, “los ganaderos estamos pagando la conservación del lobo”, lo que pone de manifiesto la percepción de que las medidas de protección del lobo están afectando de manera desproporcionada a los productores locales.
Laso hizo un llamado para poner fin a este conflicto de manera urgente, señalando que es necesario encontrar una solución que beneficie tanto a la conservación del lobo como a la viabilidad económica de las explotaciones ganaderas. El presidente de APAG destacó que no se puede seguir así, pues la situación actual no es sostenible para los ganaderos, que ven mermadas sus producciones y, en muchos casos, enfrentan dificultades para mantener sus negocios a flote.
El dilema de la conservación del lobo
El conflicto entre ganaderos y la presencia del lobo no es exclusivo de Guadalajara. A nivel nacional, el lobo ibérico ha sido objeto de protección por parte de las autoridades medioambientales, lo que ha generado controversia entre los defensores de la fauna salvaje y los ganaderos, que consideran que la protección del lobo ha llevado a un aumento de los ataques al ganado.
En 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) incluyó al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE), prohibiendo su caza en todo el territorio español. Esta decisión ha sido recibida con rechazo por parte del sector ganadero, que considera que la prohibición de la caza del lobo ha contribuido al incremento de los ataques.
A pesar de los esfuerzos por parte del Gobierno para indemnizar a los ganaderos por la pérdida de animales, muchos de ellos aseguran que estas compensaciones no son suficientes y que las medidas de protección del lobo deberían ser revisadas para asegurar un equilibrio entre la conservación de la especie y la sostenibilidad de la ganadería.
Medidas para mitigar el conflicto
El debate sobre la gestión del lobo y la protección del ganado sigue siendo un tema candente en muchas regiones de España. Entre las posibles soluciones que se han planteado para mitigar el conflicto se encuentran las siguientes:
- Fomentar medidas de protección del ganado: Se ha propuesto el uso de perros de guarda, vallas electrificadas y otras estrategias de manejo del ganado que permitan disuadir los ataques de lobos.
- Mejorar las compensaciones económicas: Muchos ganaderos consideran que las indemnizaciones actuales no cubren las pérdidas reales que sufren debido a los ataques. Incrementar estas compensaciones podría ayudar a aliviar la carga económica que enfrentan los productores.
- Desarrollar un plan de gestión integral del lobo: Los ganaderos insisten en la necesidad de revisar las políticas de protección del lobo para encontrar un equilibrio entre la conservación de la especie y el mantenimiento de la actividad ganadera.
- Mayor implicación de las autoridades locales: Desde la APAG, se ha hecho un llamado a las autoridades locales y autonómicas para que se involucren más activamente en la búsqueda de soluciones. La creación de mesas de trabajo entre ganaderos, autoridades y conservacionistas podría ser un paso importante hacia una solución consensuada.
El aumento de los ataques de lobos al ganado en la provincia de Guadalajara ha reavivado un debate que lleva años sin encontrar una solución definitiva. Para los ganaderos, la convivencia con los lobos sigue siendo un reto, ya que la protección de esta especie se percibe como un obstáculo para la viabilidad económica de sus explotaciones.
La APAG, en representación de los ganaderos de la región, ha instado a las autoridades a tomar medidas que aseguren una coexistencia equilibrada entre la ganadería y la fauna salvaje. En este contexto, es necesario un diálogo constructivo que permita encontrar soluciones que protejan tanto al lobo ibérico como a los intereses de los ganaderos.