El Gobierno de Portugal ha anunciado que la frontera con España quedará cerrada a partir de este viernes y durante un plazo inicial de dos semanas, en un intento por contener la expansión de la pandemia de coronavirus, que ha alcanzado niveles sin precedentes en territorio luso durante este mes.
El ministro del Interior portugués, Eduardo Cabrita, ha anunciado el cierre fronterizo al término del debate sobre la renovación del estado de emergencia en la Asamblea de la República, informa la cadena RTP. La ampliación de esta medida excepcional ha salido de nuevo adelante con el apoyo de los principales partidos.
El primer ministro portugués, António Costa, admitió el miércoles por la noche en una entrevista en televisión que la situación está «muy mal» por el crecimiento «exponencial» de los contagios en la tercera ola, que ha dejado también «un número dramático» de fallecimientos.
La Dirección General de Salud ha notificado este jueves nuevos máximos de casos y fallecidos por la pandemia, con 16.432 positivos y 303 fallecidos en las últimas 24 horas.
Es la última medida de Portugal, triunfadora en las anteriores olas y arrasada en esta. Las imágenes de más de 20 ambulancias con enfermos de la Covid en cola, como si fueran taxis, esperando una cama libre a las puertas del hospital más grande de Portugal han dado la vuelta al mundo y no es para menos. Es el Santa María, en Lisboa, desbordado por una tercera ola devastadora que pone al límite del colapso otros centros como este de Cascais.
Escasos de oxígeno, sin camas y con el personal sanitario exhausto, el director del hospital espera llegar pronto al pico de esta ola, muy preocupado además por las consecuencias en la salud mental del personal.
Es, como en España un intento de salvar vidas mientras se ganan camas. Aquí la siguiente plaza libre es la que deja Joao, que ha vencido al coronavirus y espera en breve ser dado de alta. «Quien está peor es mi mujer, dice» que tiene neumonía y lucha por su vida unas plantas más abajo. Es lo que ocurre con un virus que está destrozando familias, muchas de ella ingresadas de golpe.
Portugal con 10 millones de habitantes ha entrado esta semana en una fase terrible, según el primer ministro. La variante británica tiene una prevalencia del 20% 250.000 portugueses han caído enfermos en este mes de enero que encadena récords de fallecidos. La verdadera batalla de todas formas está en casa , aludiendo así a la responsabilidad individual en el cumplimiento de las medidas sanitarias para evitar contagios.