El Informe sobre el Estado de la Pobreza 2024, presentado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) en el Senado, destaca la persistente brecha territorial en cuanto a la pobreza y la exclusión social en España. El estudio, centrado en el análisis de las variables de “Pobreza y Territorio”, subraya que las regiones del sur y ciertas zonas del archipiélago, como Murcia, Canarias, Extremadura, la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía, presentan las tasas más altas de pobreza, mientras que País Vasco, Navarra, Madrid y, en general, las comunidades del norte, muestran los niveles más bajos.
Una clara división territorial
El informe establece una clara división del país en dos zonas con realidades económicas y sociales muy distintas. Esta brecha, según el informe, atraviesa Madrid por el sur, dejando a las regiones meridionales con tasas de pobreza significativamente más altas que las del norte. Comunidades autónomas como Baleares también se encuentran entre las mejor posicionadas en cuanto a pobreza y exclusión social.
El director del informe, Juan Carlos Llano, ha señalado que esta división entre las dos Españas es un problema estructural que refleja disparidades en las condiciones de vida y acceso a recursos. “Es evidente la división de España en dos mitades con muy diferentes realidades de vida”, afirmó Llano durante la presentación. Además, planteó una pregunta clave para la sostenibilidad de esta situación: “¿Se puede permitir un país semejantes diferencias territoriales?”
Cifras preocupantes
El informe señala que las tasas de pobreza y exclusión social en las comunidades situadas al norte de Madrid están entre 0,8 y 11,5 puntos porcentuales por debajo de la media nacional, e incluso se sitúan por debajo de las medias europeas. En cambio, las regiones del sur se encuentran entre 1,5 y 10,9 puntos porcentuales por encima de la media nacional, con cifras de pobreza que superan las de cualquier país de la Unión Europea.
A esta problemática se suman otras variables que agravan la situación, como la privación material y social severa y la baja intensidad de empleo, factores que también presentan una clara disparidad entre las comunidades del norte y del sur del país.
Impacto de las políticas públicas
El informe también analiza el impacto de las políticas públicas en la reducción de la pobreza, y concluye que, aunque las transferencias sociales desempeñan un papel importante, su efecto en España es menor que en otros países de la Unión Europea. Mientras que en España las políticas públicas permiten reducir la pobreza en un 52,6 %, en países como Alemania la reducción alcanza el 64,9 %, en Francia el 67,2 % y en Finlandia el 70,7 %.
El estudio pone de relieve la insuficiencia de las políticas públicas españolas en comparación con otros países de la UE. Aunque el crecimiento económico ha sido sostenido en todas las comunidades autónomas desde 2015, la tasa de pobreza solo ha disminuido significativamente en diez de ellas, siendo especialmente notables los descensos en Cantabria, Aragón, País Vasco y Asturias, donde las transferencias sociales han tenido un mayor impacto en la reducción de la pobreza.
El reto de combatir la pobreza en España
El informe deja claro que el crecimiento económico por sí solo no es suficiente para abordar el problema de la pobreza en España. Pese al aumento del PIB en todas las comunidades desde 2015, muchas de ellas no han visto una mejora sustancial en las tasas de pobreza. En este sentido, se resalta la importancia de implementar políticas públicas más efectivas y coordinadas a nivel nacional para reducir estas brechas y garantizar una mayor equidad social y territorial.
Además, el informe advierte que si se eliminaran todas las ayudas y prestaciones, alrededor de 10,8 millones de personas en España caerían en situación de pobreza, lo que subraya la importancia de mantener y fortalecer los sistemas de protección social.
El Informe sobre el Estado de la Pobreza 2024 pone de manifiesto una España dividida en términos de pobreza y exclusión social, con una brecha territorial evidente entre el norte y el sur del país. La desigualdad en las tasas de pobreza sigue siendo un reto significativo para España, y a pesar de las políticas públicas existentes, el impacto de las transferencias sociales en la reducción de la pobreza es menor en comparación con otros países europeos.